TELECOMUNICACIONES

El ‘ok’ de Bruselas a la fusión Orange-MásMóvil da el gran empujón a Digi

El grupo de origen rumano se coloca como ganador de la unión de sus rivales al calor del plan de la Comisión Europea de impulsar un nuevo gran cuarto operador en el mercado español

Un cartel con el logotipo de Digi Mobil en la facahda de una tienda.

Un cartel con el logotipo de Digi Mobil en la facahda de una tienda. / EUROPA PRESS

David Page

Tras dos largos años de preparativos y análisis burocráticos, la Comisión Europea ha autorizado por fin la fusión de Orange y MásMóvil para crear la mayor teleco de España por número de clientes, desbancando Telefónica, histórico líder nacional. Bruselas da el ‘ok’ con condiciones, supeditando la fusión a que el nuevo gigante nacional ceda activos para evitar eventuales problemas de competencia en el hipercompetitivo mercado español.

Una forzosa venta de activos que va a tener como gran beneficiado a Digi, la teleco de origen rumano que ha conseguido reventar el mercado español con precios agresivos y que se ha convertido en la operadora que, de lejos, más crece en número de clientes (ahora con más de 6 millones de usuarios, tras sumar 1,5 millones clientes sólo en el último año). El nuevo challenger del sector patrio recibe ahora con el ‘ok’ de Bruselas a la fusión Orange-MásMóvil un empujón definitivo para entrar en el trono de las grandes telecos españolas.

La autorización de la Comisión Europea se produce después de aceptar las cesiones (remedies, según la jerga económica y comunitaria) propuestas por Orange y MásMóvil. Las dos telecos cerraron previamente un acuerdo con Digi para cederle activos. Digi Spain acordó la compra de espectro radioeléctrico por 120 millones de euros para levantar su propia red de móvil en el mercado español. La compra de espectro contempla la cesión de 60 megahercios en diferentes frecuencias (incluida una de las que se utilizará para la nueva generación de comunicaciones 5G) hasta ahora en manos de MásMóvil.

Y el pacto también contempla una opción de contrato de alquiler mayorista para el uso de sus redes móviles con precios ventajosos, que Digi tiene la opción de activar o no en función de sus necesidades y que puede implicar que deje de utilizar como hasta ahora la red de Telefónica, con el consiguiente golpe millonario para el negocio mayorista del grupo. Digi había ya anticipado su intención de poner en marcha un plan de inversiones por 2.000 millones de euros en siete años y crear 1.500 empleos adicionales (su plantilla actual en España supera ya los 7.250 trabajadores) si conseguía hacerse con los remedies de la fusión.

Blindar la competencia

“La decisión de hoy aprueba a Digi como remedy taker tras una cuidadosa revisión del plan de negocios de Digi con la ayuda de un asesor independiente”, ha explicado la Comisión Europea. “Digi es un comprador adecuado para el espectro vendido, ya que actualmente es el operador móvil virtual [OMV, operadores sin red propia] más grande y de más rápido crecimiento en España. Digi también tiene experiencia como operador de redes móviles en otros estados miembros de la UE, como Rumanía”.

Bruselas considera que con las condiciones impuestas se “abordan plenamente los problemas de competencia identificados y se preservará un mercado de telecomunicaciones competitivo en España, tanto en términos de precio como de calidad, así como en despliegue de red 5G, en beneficio de los consumidores”. La Comisión Europea entiende que con los remedies impuestos para la fusión queda garantizada la competencia en España. Las grandes telecos venían defendiendo que la competencia ya estaba garantizada también sin condiciones.

Las propias Orange y MásMóvil, y también sus rivales Movistar y Vodafone, han venido reclamando durante el larguísimo proceso de espera del ‘ok’ de la Comisión Europea que la operación se autorizara sin imponer remedies duros. Las grandes telecos reclamaban la aprobación sin condiciones, o casi, para avanzar en la consolidación de un sector profundamente atomizado como el español. Los mayores grupos ya temían que la decisión de la Comisión volviera a estar orientada a impulsar un cuarto operador y que, con ello, no se permitiera avanzar hacia una mayor racionalización del negocio herido de las telecos en España, con la rentabilidad y los ingresos a la baja por el golpe por la hipercompetencia y por el gran peso del bajo coste.