Las alarmas sonaron en el Ministerio de Energía cuando se alcanzaron niveles de precios récord y que no se veían desde diciembre del 2013, cuando el propio Ejecutivo popular decidió anular el sistema de subastas trimestrales e implantar el actual, en el que entre el 35% y el 40% del recibo de la tarifa regulada o PVPC está sujeta a los cambios de precios horarios en el mercado.

El ministro de Energía, Álvaro Nadal, atribuyó los altos precios de la energía a la coincidencia entre una elevada demanda por la ola de frío y tener que recurrir a los ciclos combinados (gas), en un momento de cotizaciones muy elevadas por la falta de lluvias y, por tanto, una menor producción hidroeléctrica; y de viento, y por tanto menos energía eólica.

Aunque en el 2013, el Gobierno del PP reformó el sistema para evitar sustos con los precios, en la actualidad se producen los mismos problemas. En el mercado mayorista, las primeras en entrar son las centrales nucleares e hidráulicas, porque, por su propia naturaleza, no pueden pararse y ponerse en marcha según las necesidades del sistema.

Todos los grupos en el Congreso de los Diputados plantearon al ministro de Energía la necesidad de alcanzar un «gran acuerdo» en materia energética para frenar la subida de la luz. A la vez reclamaron indistintamente la intervención del Gobierno en la parte fija y variable del recibo y, por unanimidad, la realización de una auditoría de los costes energéticos.