Cerraron los índices de toda Europa en verde porque su única mirada compulsiva fue sobre cómo podía resolver el eurogrupo los problemas de financiación de Grecia. Los mismos que cuando hace pocos meses convenían que la economía griega apenas era un mínimo porcentaje del PIB europeo; los mismos que aseguran que si el díscolo gobierno griego elegido en las urnas hace unos meses no se sometía al dictado de otras potencias tampoco pasa nada: se le expulsa del euro y allá ellos; los mismos que siguen devotamente las directrices del BCE siempre que sean las que anhelan. Todos ellos andaban ayer satisfechos de que Tsipras remodelará su equipo negociador en Bruselas.

Tan nimia señal era suficiente para que volvieran las alegres compras de la mayoría de grandes valores en las bolsas europeas, española incluida. Primera jornada de final de mes, que siempre es sensible para presentar resultados de las carteras especulativas, dispuesta a escalar posiciones en pos de un bonito resultado del primer cuatrimestre del 2015. En paralelo, y va en aumento, aparecen las posiciones bajistas, las que apuestan por un descalabro general de las bolsas europeas, basado en el excesivo crecimiento de la cotización de casi todos los valores desde principios de año, en muchos casos indiscriminado. La corrección severa está cada vez más próxima, indican estos activistas de las compraventas a corto. Cuando suceda, seguro que Grecia volverá a ser la excusa.

El Ibex 35 subió el 1,17% y remontó hasta los 11.640 puntos.