La energía nuclear cubrió el 20,2 % de la demanda de electricidad en España el año pasado, un porcentaje que equivale a la suma de la hidráulica y el carbón, y que sólo superaron con un 30,8 % las centrales de ciclo combinado, que emplean el gas en su proceso productivo. El parque nuclear español está formado por seis centrales repartidas en cinco comunidades autónomas, que suman una potencia de 7.727,8 megavatios (MW), lo que representa un 7,84 % del total de la capacidad instalada durante el pasado año, según datos del Foro Nuclear. De los 97.447 MW de potencia instalada a cierre de 2010, la nuclear ocupó la tercera posición en una clasificación que lideraron con el 26 % las centrales de ciclo combinado, seguidas de la eólica, con el 20 %, mientras que la hidráulica representó el 17 % y el carbón el 12 %. Estas instalaciones, todas ellas localizadas en la península, engloban un total de ocho reactores, a los que habría que sumar la central José Cabrera, en Almonacid de Zorita (Guadalajara), la primera que empezó a operar en España (1968) y que se encuentra en proceso de desmantelamiento tras su cierre en 2006. Actualmente, en España se encuentran en funcionamiento la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos), que tiene una potencia de 466 MW; Cofrentes (Valencia) de 1.092 MW; Trillo (Guadalajara) de 1.066 MW; Vandellós (Tarragona) de 1.087 MW de potencia y Almaraz (Cáceres) y Ascó (Tarragona), que cuentan con dos reactores cada una. Almaraz I y Almaraz II, tienen una potencia de 977 y 980 MW, mientras que Ascó I y Ascó II, cuenta con 1.032 y 1.027 MW. De estas plantas, la más antigua es la central burgalesa de Garoña, que entró en servicio en 1971, seguida de Almaraz I (1981); Ascó I y Almaraz II (1983); Cofrentes (1984); Ascó II (1985); Vandellós II (1987) y Trillo, cuya actividad comenzó en 1988. Está previsto que Ascó II y Ascó I sean las primeras de estas centrales en dejar de operar, en octubre de 2011. En noviembre de 2007 se produjo una fuga radiactiva en Ascó I, que no se notificó hasta abril de 2008 y que fue calificada de nivel 2 dentro de la Escala Internacional de Sucesos Nucleares. Les seguirán la central burgalesa de Garoña, en julio de 2013, una decisión que ha suscitado mucha polémica por el futuro de los trabajadores y de la comarca, Trillo en 2014, Almaráz I y II, y Vandellós, en 2020 y Cofrentes en 2021. Estas instalaciones pertenecen a Iberdrola, Endesa, Gas Natural, HC Energía, y a la sociedad Nuclenor, participada al 50 % por Iberdrola y Endesa. Para evaluar la situación del parque nuclear español, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, anunció hoy en el Congreso que el Gobierno ha encargado una revisión completa de todas las centrales nucleares españolas, así como informes complementarios sobre el riesgo sísmico y de inundación a los que puedan estar sometidas estas instalaciones. Estos trabajos se centrarán de forma prioritaria en la central de Cofrentes, una instalación similar a la de Fukushima, y cuya vida útil se prorrogó diez años justamente la víspera del terremoto de Japón.