No era un domingo cualquiera. La estación de Córdoba-Central aguardaba a todo un campeón que va camino de convertirse -si no lo ha hecho ya- en la mayor leyenda del deporte provincial. A las 19:15 horas debía arribar el AVE que lo traía de vuelta a casa. La expectación crecía entre los presentes. Familiares, amigos y aficionados se acercaban a la vía 3 para mostrar todo su cariño hacia un ciclista que siempre lleva con orgullo el nombre de su pueblo: La Rambla. Entonces, los aplausos y los vítores triunfales atronaron en el recinto cuando el doble medallista paralímpico en Tokio, Alfonso Cabello, hizo acto de presencia.

Visiblemente cansado, pero muy satisfecho, el rambleño recibió el cariño de los suyos. Habían pasado semanas desde la última vez que se vieron, incluso antes de partir hacia una cita internacional donde consiguió imponerse en su prueba predilecta, el kilómetro contrarreloj C4-5. En la misma, el deportista dejó su sello en el Velódromo de Izu sumando su cuarta presea en unos Juegos Paralímpicos y estableciendo el récord mundial -que precisamente lo tenía él- en 1:01.557. Sin embargo, Cabello quería más y pocos días después logró un nuevo metal, el bronce, en la prueba de velocidad por equipos, clase C1-C5, con el valenciano Ricardo Ten y el madrileño Pablo Jaramillo.

Mirando de reojo a los 28 años -los cumplirá el próximo 19 de septiembre-, el rambleño no dejó de saludar a todo aquel que se acercaba a su vera. En torno a medio centenar de conocidos se desplazaron desde su localidad para darle ese reconocimiento que tanto necesitaban. Con la bandera de España y mensajes de aliento hacia su vecino, los curiosos sacaban sus móviles para inmortalizar la escena. Y es que no todos los días se puede ver a un atleta posando con dos preseas de tan preciado nivel.

Manuel, su primo hermano, declaró a este medio que estaban "muy contentos por lo que había logrado". El contacto, aunque limitado al teléfono, no faltó durante cada una de las jornadas en las que estuvo fuera. Pese al gran éxito cosechado, subrayó que Cabello no va a quedarse ahí. "Quiere seguir rompiendo barreras y ser citado con la selección", resaltó con certeza. Su pareja, que permaneció en un segundo plano esperando su turno, protagonizó una bella instantánea tras fundirse en un abrazo infinito que estuvo acompañado de varios aplausos.

"Este recibimiento supone una inyección de moral terrible"

A continuación, el ciclista atendió a los medios de comunicación presentes afirmando que se encontraba "sin palabras" después de las muestras de apoyo. "Tener aquí a mi familia tras lo vivido en Tokio y los meses fuera supone una inyección de moral terrible". Añadió que era un día "inolvidable" y que estaba "súper contento" por todo lo que estaba presenciando. Cabello era consciente de que habría un acto pero no de tal magnitud. "Es el mejor recibimiento posible", respondió mientras agarraba las dos medallas.

En cuanto a la propia etapa en Asia, expuso que "de manera individual sabía que iba a estar en la lucha por el oro" y se dio "el mejor escenario posible". Sobre la prueba por equipos, también reseñó que "el bronce era lo máximo" y quedó "muy satisfecho por los resultados y las marcas" firmadas. Una vez cosechado el "sobresaliente" con el oro y el bronce que "saben a gloria" por el trabajo realizado "a lo largo de más de cinco años", lo siguiente que le deparará su caminar será "descansar una semana y esperar a que se diseñe el calendario de 2022". En principio, si todo va por su cauce, dicho inicio traerá consigo nada más y nada menos que el Mundial.

Por último, Cabello hizo hincapié en su particular meta para estar entre los mejores. "A día de hoy soy el único deportista con discapacidad en España que ha logrado tener tres participaciones en los Campeonatos con tres podios individuales y grupales". Ese es el motivo por el que se consideró "el vivo ejemplo de que los deportistas paralímpicos somos deportistas de élite y las barreras están para romperlas".

El pasillo que le hicieron y las constantes "olas" a su paso fueron el fin de fiesta ideal. Ahora, en ese pretendido descanso, Cabello podrá estar con los suyos y analizar al detalle los momentos tan felices que el deporte le ha brindado.