Por encima ya no hay más. Ha tocado techo -es el campeón del mundo, olímpico y tiene el récord mundial-, pero ni aún así se conforma. Alfonso Cabello, extenuado tras el brutal esfuerzo de una carrera mítica en los Juegos de Tokio, dijo aún sobre la bicicleta que se sentía "en una nube". "He trabajado durante unos meses muy duros y estar aquí y conseguir el oro es un sueño hecho realidad", explicó a través de los canales oficiales de la Federación Española de Ciclismo (RFEC) el cordobés, quien admitió que el comprobar el alto rendimiento de sus principales adversarios actuó como un estimulante de última hora. 

"Con la marca que he ganado he rendido a un ciento cincuenta por ciento. Cuando vi las marcas de los rivales sabía que me tenía que esforzar a tope y al final he hecho lo que mejor se me da hacer, dar el cien por cien y demostrar que las barreras están para tumbarlas", zanjó el rambleño.

El récord del Mundial de Aguascalientes (México) parecía inaccesible. Pero no, a la vista está, para quien fue su autor. Cabello destrozó el registro y se atornilló en la cima como dominador de esta prueba. "He hecho mi mejor marca personal por mucho, no podía imaginar que iba a llegar tan lejos", reconocía Cabello.

Emocionado y feliz, el rambleño aprovechó la ocasión para acordarse de quienes han estado a su lado. "Quiero agradecer a todas las personas que han estado conmigo, que han sido muchas, pero las que lo han hecho más últimamente han sido mi entrenador y amigo Juan Peralta, mi novia Rocío y mis padres, además de mi familia y amigos, que son los que de verdad hacen que tenga la fuerza para estar aquí y hacer lo que he hecho", expresó.

El sábado le aguarda otra prueba en Tokio. Será la competición de velocidad por equipos, en la que compite junto a Pablo Jaramillo y Ricardo Ten. "Esto no se acaba aquí. Tenemos una nueva oportunidad y queremos aprovecharla al máximo", ha manifestado, mostrando su ambición por agrandar su magnífico expediente. 

Centrado en Tokio, donde está afrontando sus terceros Juegos, no pierde de vista el futuro. "Por el momento quiero saborear lo que he hecho, porque me ha costado muchos años sacrificándome. Habrá que descansar y después plantear los siguientes objetivos", dice.