El técnico cordobés César Montes ya se encuentra en España, una vez conseguida su segunda medalla con la selección nacional en una gran competición. Tras ganar el oro en el Europeo del pasado año, ahora ha conquistado el bronce en el Mundial de Egipto. Un triunfo por 35-29 contra Francia le ha servido al cordobés para no bajarse todavía del podio en los eventos de primer nivel en que ha tomado parte con el equipo nacional. A la sombra del seleccionador, Jordi Ribera, Montes ha ejercido de segundo entrenador dentro del cuerpo técnico.

La selección ha superado numerosas vicisitudes que empezaron en la fase de preparación. Primero no empezó a entrenar con el equipo del Mundial hasta los primeros días del mes de enero, al encontrarse muchos de ellos disputando la Final a Cuatro de la Liga de Campeones. Más tarde, el temporal Filomena impidió que la selección jugara uno de los dos partidos de la EHF Euro Cup previstos contra Croacia y propició que viajara con el tiempo justo a Egipto.

“Ha sido muy difícil y duro desde el principio por las circunstancias, como el covid-19 o Filomena, que han provocado que la preparación sea un poco accidentada”, señala César Montes que añade que “el grupo de la fase preliminar era muy difícil, pues todos los partidos han sido decisivos, en los que hemos ido de menos a más”.

España terminó llevándose un bronce que Montes califica de “muy merecido, pues el equipo ha jugado muy buen balonmano ante grandes equipos”.

Una medalla con fortaleza mental

Tras caer en semifinales ante Dinamarca (33-35), España superó a Francia en el duelo por el bronce. “El equipo demostró su fortaleza después de perder las semifinales y se repuso para conseguir el bronce que ha sido un premio extraordinario”, asegura el entrenador cordobés que se siente “muy contento de poder seguir ayudando y aportando para que el equipo salga a competir en las mejores condiciones posibles”.

César Montes, de 46 años de edad, se inició como jugador en el mundo del balonmano en La Salle. Posteriormente pasó al Cajasur y subió a la Asobal con el Prasa Pozoblanco, competición en la que también compitió con Altea, Cangas, Valladolid y Almería, antes de retirarse por una lesión. Con el Valladolid ganó una Copa Asobal y disputó varias finales nacionales e internacionales. Como entrenador se formó también en La Salle, antes de pasar por el Adesal, el ARS y el Guadalajara. Con el ARS subió a la Asobal en 2012, división en la que ha entrenado con el club palmeño y el alcarreño. En la selección nacional absoluta lleva desde junio de 2019.