Sergi Mingote logró entrar el pasado 18 de julio en el récord Guinness del alpinismo tras ascender seis ochomiles en apenas un año y dos días sin la ayuda de oxígeno artificial. Ahora, el alpinista de Parets del Vallès ha anunciado su intención de seguir adelante con su hazaña y doblar su apuesta: quiere ascender los 14 ochomiles del planeta en tan solo 1.000 días.

Así, tendrá hasta mayo de 2021 para alcanzar la cumbre de los ocho picos de 8.000 metros que le quedan, entre los que se encuentran grandes colosos como el Everest o el Kanchenjunga. Poco más de año y medio para hacer realidad un reto alpinístico sin precedentes que pretende rebajar en menos de la mitad el actual récord mundial que ostenta el coreano Kim Chang-Ho, que lo hizo en 7 años, 10 meses y 6 días.

Mingote ya adelantó en una entrevista que estaba pensando en sumar una segunda parte al proyecto que emprendió el 15 de julio de 2018, y que incluyó el ascenso al Broad Peak (8.047 m), K2 (8.611 m), Manaslu (8.152 m), Lhotse (8.516 m), Nanga Parbat (8.152 m) y Gasherbrum II (8.035 m). No obstante, reconocía no tenerlo claro por el “enorme sacrificio” que supondría “a nivel económico, personal y familiar”, y que dejaba la decisión para el mes de septiembre.

Y así ha sido. Este viernes ha visto la luz el 14x1000 Catalonian Project ‘Pirineus Barcelona 2030’, nombre con el que se ha bautizado a este ambicioso proyecto que une a instituciones, federaciones, asociaciones y organismos y que tiene además el objetivo de promocionar la candidatura de Barcelona como sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030, de los que el alpinista será embajador.

Segundo intento al Dhaulagiri, el inicio del reto

El alpinista retomará el desafío este mismo mes de septiembre con la expedición al Dhaulagiri (8.167 m) nepalí, la séptima cima más alta de la Tierra y a la que Mingote se vio obligado a renunciar en octubre del año pasado por culpa del mal tiempo. Seguirá en marzo de 2020 con la expedición al Annapurna (8.091 m), la décima montaña más alta del globo y una de las más complicadas junto al K2 y el Nanga Parbat.

En mayo será el turno del Kanchenjunga (8.586 m), uno de los grandes colosos pendientes del paretano, que ya quiso incluirlo en el 3x2x8000 Solidary Project -el reto precedente a este-, pero que finalmente substituyó por el Dhaulagiri. Le seguirá en julio el Gashrebrum I (8.068 m) y, tras la pausa de verano, las expediciones al Cho Oyu (8.201 m) en septiembre y al Shisha Pangma (8.027 m) en octubre.

El proyecto finalizará con los dos últimos ochomiles del planeta que le quedarán pendientes a Mingote: el Makalu (8.463 m), en abril, y el Everest (8.848 m), en mayo. El vallesano ha alcanzado ya en dos ocasiones el techo del mundo, por lo que reconoce que no es el pico que más ilusión le hace, pero servirá para poner la guinda a un reto que, si todo sale bien, le permitirá rubricar su nombre junto a los grandes del alpinismo.

Un impulso a la candidatura Barcelona 2030

El vertiginoso ritmo y la complejidad del reto de Sergi Mingote hicieron que los especialistas en medicina deportiva del Centre d’Alt Rendiment (CAR) de Sant Cugat decidieran convertirlo en objeto de estudio para investigar los efectos sobre el cuerpo humano de la exposición reiterada a las alturas y la falta de oxígeno. Así, desde el año pasado, Mingote ha estado realizando pruebas antes y después de sus expediciones, complementándolas con supervisión nutricional.

Ahora la idea es que estos estudios prosigan, pues el proyecto permitirá al equipo médico recopilar datos nunca antes registrados sobre rendimiento y altura, que servirán de referencia para aplicar parámetros de entrenamientos con déficit de oxígeno en los deportes de resistencia, una iniciativa que se espera que también ayude a potenciar la candidatura de Barcelona para los JJOO de invierno, que se complementará con otras acciones.