A la espera de un entrenador permanente, de prestigio, que lidere el nuevo proyecto del Real Madrid, la solución del club a la destitución de Lopetegui no se ha alejado del propio club. Santiago Hernán Solari (Rosario, Argentina. 42 años), el técnico del filial, exjugador madridista sin el lustre de otros que repitieron su camino (como Zidane, del que fue compañero), es el elegido para parchear la situación mientras se aborda la llegada de Antonio Conte o se busca otra alternativa.

En la prensa madrileña ya se especuló, durante la prolongada crisis de Lopetegui al frente del Madrid, con que la opción de Solari no se había puesto en marcha antes por las reticencias del vestuario, que no ve en el argentino una figura con autoridad para comandar el grupo. El que fuera un jugador de clase obrera no ha deslumbrado como técnico en los cinco años que lleva ejerciendo, todos en la cantera del Madrid, pero siempre ha contado con el respaldo de la directiva, aún en sus peores rachas de resultados.

Su experiencia como entrenador no le avala para un puesto de tal magnitud, pero su fidelidad a Florentino Pérez está fuera de cuestión. Su ascenso dentro del organigrama de la cantera del Real Madrid no ha sido meteórico. Empezó a entrenar a cadetes en 2013 y tres años después se hizo con los mandos del Castilla, al que dirigido hasta ahora.

Dos años en mitad de tabla con el Castilla

Sus resultados con el filial no ilusionan. En su primera temporada, en un Grupo II de Segunda B que ganó el Albacete Balompié, Solari conquistó un mediocre undécimo puesto, a diez puntos de acceder a las eliminatorias de ascenso. Su segunda temporada, la pasada, mejoró con un octavo puesto. Mientras que en la presente campaña estaba cosechando sus mejores números, segundo clasificado después de nueve jornadas, todavía sin conocer la derrota.

A nivel formativo, cuenta en su currículo con haber contribuido al desarrollo de jugadores como Achraf Hakimi, cedido en el Borussia Dortmund, Fede Valverde o Sergio Reguilón, los dos en el primer equipo. Además, esta temporada ha sido el principal técnico de Vinicius, la inversión de 45 millones de euros que el Real Madrid ha utilizado, mayoritariamente, en el equipo de Segunda División B.

Frente a Solari, el entrenador que venía recolectando elogios en la cantera blanca era Guti, que en verano salió del club para formar parte del cuerpo técnico del Besiktas, en su afán por llegar lo antes posible a un banquillo profesional tras su exitosa etapa con el juvenil del Real Madrid.

Un obrero del césped

Como jugador, la carrera de Solari tampoco fue brillante. Sus mejores años, entre 2000 y 2005, los pasó en un Real Madrid, el de Vicente del Bosque, que ganó su segunda Champions League en tres años con más orden y contención que acumulación de talento. En ese contexto, Solari destacaba por su garra, entrega, lucha y brega para subsanar las deficiencias defensivas de Zidane, Raúl o Figo.

Antes, completó una buena temporada en el Atlético de Madrid en su debut en Europa, después de haber debutado en River Plate, donde completó dos temporadas siendo importante. Después del Real Madrid pasó sin mucho protagonismo por el Inter de Milán, antes de volver a Sudamérica para terminar su carrera en 2011, en Peñarol.