España estará mañana en el Palau Sant Jordi para disputar la final de su Mundial. Los Hispanos derrotaron a Eslovenia (26-22), que acusó la presión de estar, por primera vez en su historia, en la lucha por la medallas mundiales. Después de irse al descanso con un apretado 13-12, un enorme Sterbik cerró su marco tras la reanudación y sentenció el pulso.

El cetro se lo jugarán con Dinamarca, su bestia negra y superviviente del durísimo cuadro de la muerte, el que España evitó con su oportuna derrota ante Croacia. Mientras que los españoles han tenido un camino plácido, con cómodas victorias ante rivales más asequibles como Serbia, Alemania y Eslovenia, los croatas debieron maldecir ayer aquel triunfo en Zaragoza. La tropa de Slavo Goluza, agotada después de destronar en cuartos a la bicampeona Francia, se rindió ayer ante la superioridad de los campeones de Europa (30-24). Hoy intentará reunir las pocas fuerzas que aún les queden para luchar por colgarse el bronce.

Dinamarca ya fue verdugo de España en las semifinales del Mundial de Suecia-2011 y en el Europeo disputado el año pasado en Serbia. En los Juegos Olímpicos de Londres se volvieron a encontrar, con una nueva victoria vikinga. Los campeones continentales rebosan calidad por todos sus poros. No solo tienen un portero sublime como Landin (que ante Croacia firmó 16 paradas), bien abrigado siempre por una muralla granítica. Ni a un jugadorazo como el exazulgrana Mikkel Hansen (mejor jugador del mundo en el año 2011). También cuentan en su ejército con lanzadores como el monumental Markussen, pívots tan habilidosos como el azulgrana Noddesbo y balas en los extremos como Eggert, máximo goleador del torneo. Después de quedar segundos en el último Mundial, el conjunto escandinavo aspira a conquistar su primera corona mundial y suceder a la bicampeona Francia en el palmarés.

Ayer, pese a que había cerca de 12.000 espectadores, el ambiente fue frío. Los hombres de Valero Rivera esperan que mañana sea mucho más intenso y ayude a terminar su gafe ante la escuadra que dirige el histriónico Ulrik Wilbek.

STERBIK, EL GRAN HEROE Sterbik, el héroe de ayer ante El equipo de los héroes (apodo con el que se conoce a los eslovenos), empezó curiosamente el partido en el banquillo. Quillo Sierra, tras su gran actuación ante Alemania, salió de inicio bajo los palos. Pero tres goles consecutivos de Dolenec propiciaron la salida del meta azulgrana. Arpad cerró su marco durante nueve minutos y abrió la primera brecha significativa del choque (12-7, m.23).

Acostumbrados a remontar partidos, los hombres de Boris Denic no bajaron los brazos. Circulando el balón con más criterio hasta llegar a Marguc en el extremo derecho y aprovechando la inspiración bajo los palos del veterano Skof, lograron que la ventaja española al descanso fuera de un solo tanto (13-12).

UNA BUENA SEGUNDA MITAD Pero los jugadores eslovenos se vinieron abajo en la segunda mitad, en la que solo batieron dos veces a Sterbik en 19 minutos. Cañellas no solo estuvo sensacional en defensa sino también en ataque. Gracias a su solidez defensiva, su principal fortaleza, España aprovechó el colapso ofensivo del rival para correr e irse de siete goles (21-14, m. 19). El último arreón balcánico solo sirvió para maquillar el marcador antes de la celebración de los españoles que buscarán su segunda corona, tras la del 2005 en Túnez.