España sufrió ayer la derrota menos dolorosa. La selección desaprovechó las grandes opciones de triunfo que se le presentaron en los minutos final y cayó ante Croacia en la pelea por el primer puesto del grupo D (25-27). España acabó por tanto segunda y evitó así los probables cruces con las grandes favoritas, contra Francia en cuartos de final y ante Dinamarca en una hipotética semifinal. Su rival en los octavos de Zaragoza será Serbia, tercera del grupo C al perder con Eslovenia (31-33), y si gana se las verá en cuartos con el ganador del cruce entre Alemania y Macedonia.

Los errores en el repliegue a consecuencia de los cambios ataque-defensa facilitaron las salidas a Croacia en el primer tiempo, con Cupic como principal estilete (acabó con ocho goles). Al descanso llegó el equipo de Rivera dos abajo (13-15), desventaja que neutralizó pronto en el segundo tiempo tras cambiar a defensa 5-1, con Ariño como avanzado. A los 40 minutos, España se ponía por delante, lo que no ocurría desde el 6-5 del tramo inicial.

REACCION Dos latigazos seguidos de Maqueda, máximo anotador español (7) y uno de los más activos, pusieron la máxima ventaja para La Roja del handball cuatro minutos después, pero la defensa española dejó de cerrar bien y permitió que el pivote Vori, muy gris hasta entonces, apareciera para marcar tres goles consecutivos para un parcial de 0-4 que metía a los croatas en el partido.

Con 25-24 a favor, la selección española desperdició de forma lamentable, a cinco minutos del final, el hecho de tener dos jugadores más en pista por las exclusiones consecutivas de Gojun y Vukovic. En medio de un festival de errores, empató Horvat en un contraataque, paró Alilovic ante Ruesga, eligió mal Sarmiento, muy desdibujado todo el partido, y de nuevo Vori dio ventaja a Croacia. Rocas tiró al palo a falta de 25 segundos y sentenció Sprem. En fin, una derrota dulce y casi celebrada que evita a los huesos duros de roer. O al menos sobre el papel