El Málaga se desmelenó ayer con una victoria que le sitúa provisionalmente cuarto, en puestos de Liga de Campeones, tras golear por 5-1 al Zaragoza, un rival desfondado al que condena prácticamente al descenso, a pesar de que los aragoneses se adelantaron en el marcador y fueron mejores en algunos momentos.

El equipo malagueño volvió a demostrar su fortaleza en La Rosaleda, donde ha logrado veintitrés puntos con sólo dos derrotas y dos empates. Su técnico, el chileno Manuel Pellegrini, repitió el once que fue goleado la pasada jornada por el Athletic.

Tras empatar a un gol el uruguayo Seba Fernández para el Málaga en el tiempo añadido del primer tiempo, el Zaragoza quedó noqueado nada más encajar el segundo gol, obra de Isco con la colaboración del paraguayo Da Silva pasada la hora de partido.

Así, mediado el segundo periodo, a los 67 minutos, un centro por la derecha de Isco tocó en el defensa paraguayo Da Silva, que desvió la trayectoria introduciéndose el balón en la portería de Roberto.

El Málaga había hecho lo más difícil. A partir de ahí, el Zaragoza se hundió, se entregó, y esto lo aprovechó el conjunto malagueño para marcar el tercero, tras un saque de esquina que remató de cabeza Demichelis.

Los locales se desmelenaron ante un equipo aragonés roto y desmembrado. Isco, muy activo en la última fase, marcó el cuarto, tras pase del venezolano Rondón, que buscó el gol incansablemente y lo obtuvo después de un centro de Monreal. Al final, goleada del Málaga ante un Zaragoza cada vez más cerca de Segunda División.