"Es una gran oportunidad para nosotros, para México, es como tener al Papa en la religión católica o aprender de un Premio Nobel". El Papa o el Premio Nobel, del que habla Jorge Vergara, el propietario del Chivas de Guadalajara, es Johan Cruyff, que ha cruzado el charco, en una aventura inédita para alguien que desde que dejó el banquillo del Camp Nou ha rechazado un sinfín de ofertas de todo tipo y de todos los rincones del mundo. Todas millonarias. Todas a la carta, aceptando la rotunda condición de no volver a entrenar nunca más. No lo hará pero su mano será la que guiará todos los pasos del Chivas.

Inesperadamente ha sido el club más popular de México el que ha conseguido arrancar ese "sí" tan imposible, que tantos otros no lograron, en especial de los países árabes pese a ofrecer contratos mareantes, y que propiciará que Cruyff sea presentado hoy en Guadalajara como una especie de guía espiritual, un asesor con plenos poderes que les ayude a cumplir un sueño más que difícil: parecerse al Barça y convertirse en el mejor equipo del mundo. Esta propuesta no afectará a su cargo de seleccionador de Cataluña, que desempeña sin remuneración. "Bienvenido Johan Cruyff a la familia Chivas", es el mensaje que ha colgado el club en su web, acompañado de una camiseta con el número 14.