Precaución. Más que nunca. Rafael Nadal lleva más de un mes sin competir y es el primero en reconocer que esa situación va a complicarle, un poco más si cabe, su participación en la Copa Masters que mañana comenzará a disputarse, por tercer año consecutivo en el espectacular O2 de Londres, y que reunirá a los ocho mejores jugadores de la temporada.

"Física y mentalmente me siento bien, las sensaciones son buenas, pero llevo demasiado tiempo sin jugar. No estoy entre los favoritos de este torneo, antes creo que están jugadores como Djokovic, que ha demostrado ser el mejor del año; Federer, que es el campeón actual y que ha ganado cinco veces el torneo, o Murray que ha hecho un gran final de año", valoró ayer Nadal en la presentación de la Copa Masters. El mallorquín debutará mañana (21.00 horas, Teledeporte) contra Mardy Fish. El estadounidense, último tenista en ganarse la plaza en el torneo, es posiblemente el rival más asequible para valorar el estado de forma de Nadal después de haber renunciado a jugar la semana pasada en París para intensificar sus entrenamientos cara al torneo londinense, pero especialmente para afrontar la final de la Copa Davis que España jugará del 2 al 4 de diciembre contra Argentina en Sevilla.

"Sentí que necesitaba parar de jugar y eso hice. La temporada ha sido muy larga. Es el séptimo año que estoy entre los primeros del mundo, sin bajar, al cien por cien, y eso conlleva un desgaste mental", dijo para explicar la decisión.

No es una prioridad

La Copa Masters no está entre las prioridades del tenista mallorquín, que desde la derrota en la final del Abierto de EEUU del pasado mes de septiembre solo ha jugado nueve partidos, aunque llegó a la final de Pekín (perdió con Murray). La posibilidad de tomarse la revancha con Djokovic, su verdugo esta temporada en seis finales (Indian Wells, Miami, Madrid, Roma, Wimbledon y Nueva York), no es una obsesión. "No puedo obsesionarme con Djokovic, yo siempre he trabajado para mí y para ser mejor. No ha sido el año perfecto, pero sí muy bueno. No hay que dramatizar", comentó sobre la rivalidad que ha mantenido este año con el jugador que le arrebató el número 1 mundial y que, según admitió ayer, le dejó "tocado" tras ganarle en la final de Wimbledon del pasado verano.

"Ha dado la sensación de ser imbatible, pero nadie es eternamente perfecto. Tarde o temprano todos terminamos bajando", recalcó ante la irrupción del nuevo número 1 mundial, que tampoco se presenta en la Copa Masters en las mejores condiciones físicas después de una temporada excepcional.

Ese bajón del serbio permite aventurar un torneo muy abierto y en el que quieren reivindicarse Federer y Murray. El exnúmero 1 mundial parece haberse recuperado de la peor temporada de su vida en estas últimas semanas, en las que ha encadenado las victorias en Basilea y París tras 10 meses sin ganar ningún título y acabar el año sin ningún Grand Slam que añadir a su cuenta de 16. Federer aspira al sexto título, que le igualaría a victorias con Pete Sampras e Ivan Lendl. Mañana abrirá el torneo ante el francés Jo-Wilfried Tsonga (15.00 horas).

Para Murray, el otro gran aspirante e ídolo local, un triunfo en el O2 sería la mejor forma de demostrar que está en condiciones de luchar por los grandes títulos la próxima temporada.

En el mismo grupo del escocés, Djokovic y el checo Tomas Berdych estará David Ferrer. El alicantino se presenta en Londres a pleno rendimiento y habiendo jugado "la mejor temporada" de su carrera profesional. Aunque eso no le impide admitir sus pocas opciones en un torneo en el que disputó la final en el 2007 en Shanghái ante Federer.

Un escenario complicado

Ferrer y Nadal son conscientes de que no es el mejor escenario para reivindicarse. "De todos los grandes, este es el más complicado porque se juega en una superficie más rápida, más favorable a otros tenistas", recalca Toni Nadal, tío y entrenador del número 2. Ayer, ante los rumores de una posible ruptura, Rafa dijo que no se desprenderá nunca del técnico: "Acabaré mi carrera con él siempre que él quiera seguir".

Lo que está claro es que el espectáculo estará asegurado en el torneo que desde mañana reunirá a los ocho mejores jugadores del mundo en este año. Será un buen momento de ver cual es el momento de forma real de Nadal ante la disputa de la final de la Copa Davis.