Visto así, cara a cara en una mesa del paddock de Albert Park, es difícil imaginar que un querubín, un niño con esta cara de ángel, se transforme en un killer en la pista. Por eso ha destrozado todos los récords de juventud de la F-1, coronándose con el más importante: ser el campeón del mundo con menos años: 23 años y 134 días. Sebastian Vettel (1987, Heppenheim, Alemania) arrasó ayer en carrera, igual que hizo, el pasado sábado, al lograr otra de sus poles estratosférica.

--El sábado barrió a sus rivales con una pole impresionante, dejándolos a todos a más de un segundo y hoy (por ayer) ha ganado, de principio a fin, con más de 20 segundos con respecto al segundo.

--Empezar la nueva temporada de esta manera es un buen paso. Tanto en la fábrica como en los circuitos, en la pista, en los boxes, hemos trabajado duro este invierno para conseguir que el nuevo RB7 esté donde está ahora; sobre todo la gente de fábrica. Ha sido todo un placer traducir ese trabajo en victoria. He ido bastante rápido y estoy contento con el resultado. Tenemos claro que este año ganará el título quien más veces suba al podio.

--El GP ha sido muy cómodo para usted. Los Ferrari, lejos, y solo ha competido contra Lewis Hamilton. ¿Le ha sorprendido que fuese Hamilton su inmediato perseguidor?

--Todo es nuevo, todo. Hay que contar, cómo no, con los dos McLaren, los dos Mercedes, que no han tenido suerte y con el Lotus Renault, que ya ven el rendimiento que ha dado en la primera carrera. Espero que Kubica se recupere cuanto antes para pilotar este coche. Y, claro, con los Ferrari, cuya capacidad de mejora es enorme.

¿Teme por la fiabilidad del coche a lo largo de la temporada?

--Todos sabemos que la clave es acabar y, el año pasado, no tuvimos demasiada suerte, de ahí que no ganásemos el título hasta el último día, casi hasta la última vuelta. Este invierno nos hemos dedicado a hacer el coche fiable y lo hemos logrado.

--¿Qué ha aprendido de sus dos últimas temporadas en la categoría reina?

--Hace dos años pude ser campeón y no lo fui y, el año pasado, al fin lo logré. Lo más importante es que tú te sientas capaz de lograr tus objetivos. Y este año espero repetir título.

--Cumplido el primer sueño, ¿la motivación sigue siendo la misma?

--Por supuesto, claro que sí. Mi sueño siempre fue ser campeón y con el tiempo me iré dando cuenta de qué significa serlo, pero no me levanto cada mañana y me hago esa pregunta: ¿y ahora qué? Como deportista siempre tratas de marcarte objetivos, metas. Cuando tienes un problema intentas resolverlo y cuando lo haces buscas el siguiente reto. Vas carrera a carrera. No miras atrás demasiado. Mirar atrás es bonito, pues te vienen a la cabeza muchas emociones, pero cuando subes al coche solo piensas en ser dos décimas más rápido que los demás.

--Schumacher le ha señalado como su sucesor. ¿Es su amigo?

--Amigo, amigo... es una palabra muy fuerte. Nos llevamos bien. Sí, se podría decir que somos amigos.

--¿Alcanzará sus récords?

--Los récords de Michael son casi imbatibles. Lo ha conseguido todo. Hay muchas cosas que se pueden aprender de pilotos como Fernando o Michael, pero, al final, tienes que buscar tu propio camino. No intento copiar a nadie.

--Acaba de renovar por Red Bull. ¿Se ve toda la vida en el equipo?

--Mi vida ha estado y está vinculada a Red Bull. Nuestra relación es tan buena que, si veo posibilidades de cambio, ellos serán los primeros en saberlo. Yo conozco sus planes y ellos, mis objetivos. Y coincidimos.