Los mecánicos de Red Bull arremolinados en el muro de meta para celebrar una incontestable victoria de Sebastian Vettel; Lewis Hamilton, segundo con un poderoso McLaren; Fernando Alonso, desesperado, con su Ferrari, tras el Lotus Renault de Vitaly Petrov y por delante de un abatido Mark Webber. ¿Abu Dabi 2010? No, Australia 2011. Es como si el tiempo se hubiera parado, como si un agujero negro se hubiera comido el invierno, los nuevos diseños y el nuevo reglamento. Es como si nada hubiera cambiado desde la última carrera del ano pasado. ¿O sí?

Algo ha cambiado. Los nuevos neumáticos Pirelli generan menos desgaste del que se esperaba, pero aun así proporcionan un abanico de estrategias, desde una sola parada, como la del debutante Sergio Pérez (octavo, antes de ser descalificados los dos Sauber por alerón tramposo), a las tres de la mayoría de pilotos. Y eso genera muchos más adelantamientos que en años anteriores. Cinco de ellos llevaron la firma de Alonso.

MALA SALIDA Petrov se pasó de frenada en la primera curva, Button se fue al exterior para esquivarlo y Alonso tuvo que llegar a la hierba para evitar la colisión. Buena decisión para evitar un enganchón como Jaime Alguersuari (le costó no poder llegar a los puntos) con Schumacher, que obligó al catalán a sustituir su alerón delantero.

Arrinconado en la primera curva, Alonso cruzó noveno el primer paso por meta. Luego lanzó un ataque que le llevó a remontar cinco posiciones utilizando KERS, alerón móvil y todo lo que estuviera en su mano. Adelantó a Kamui Kobayashi y a Nico Rosberg y puso su mira en el duelo que Felipe Massa mantenía con Jenson Button. Justo cuando Alonso llegó a su altura, Button pudo adelantar a Massa, aunque lo hizo aprovechando una escapatoria y forzando un error del brasileño que tampoco perdonó Alonso. Cuando el asturiano iba a dar cuenta del inglés, el McLaren enfiló el camino de los boxes para cumplir una sanción por no devolver la posición a Massa.

Alonso mantuvo su alto ritmo, tan solo dos décimas mas lento que Vettel y casi a la par de Hamilton, los dos hombres de cabeza; nada que ver con el segundo y pico que perdió respecto a ellos en la calificación. Como siempre, como cada año, los Ferrari son mejores en carrera que en crono. Ese ritmo le permitió dar caza a Webber. Sería difícil adelantarlo en la pista. El australiano efectuó su tercera parada y, al salir, cometió un error al irse largo por la hierba. Así que en Ferrari llamaron a boxes inmediatamente a Alonso. Ahora, la estrategia funciona en la escuderia. Pat Fry ha tomado el mando y, a la vuelta de su tercera parada, Alonso se incorporópor delante de Webber.

El atardecer en el otoño de Melbourne hacía descender el mercurio, y con menos temperatura el neumático duro se comportó mejor: otro acierto táctico en el muro de Ferrari.

Pero, en su camino al podio, Alonso se topó de nuevo con Petrov y el sorprendente Lotus Renault, que sí confirmó las expectativas generadas. "La clave estaba en la degradación de los neumáticos. El llevaba ya más de 15 vueltas y podía sufrir una degradación acusada. Pero no ocurrió", lamentó Alonso.

EL SALTITO DE HAMILTON Por delante, Vettel no encontró más obstáculos que algunos momentos "en los que las ruedas bajan dramáticamente de rendimiento". La clave para el alemán fue "adelantar pronto a Button al regresar a pista tras la primera parada". Con terreno despejado, el campeón ajustó su ritmo a las necesidades de las ruedas. "Tiré fuerte al principio para abrir hueco". Tras una fulgurante salida, en la que le tranquilizó no tener a Hamilton ni a Button cerca. Hamilton siguió el ritmo del alemán hasta que un salto sobre uno de los pianos le dejó colganda la parte delantera del plano, conocida como la bandeja de té.

Y ahí se quedó. "Con un coche maravilloso, el equipo ha hecho un trabajo fantástico", dijo, sin hostigar a Vettel y sin problemas para mantener la distancia sobre Petrov con su Renault.