Un niño le dio un abrazo, pero rápidamente salió corriendo. Subió las escaleras en apenas unos segundos, bajo la mirada de los aficionados que le flanqueaban. Minutos antes, Lucas Alcaraz le había dado un par de puntapiés al muro de la tribuna sobre el que se apoyaba, justo detrás del banquillo blanquiverde, cuando un contraataque del Córdoba se convirtió en una ocasión del Nástic por un bote neutral. Fue el último momento de un sufrimiento muy tenue.

"Aunque por cómo se desarrolla el partido estás tranquilo, sabes que siempre hay un resquicio para el rival. Pero el equipo ha sabido jugar en cada fase del partido y ha estado entero, incisivo y muy acertado; hay que felicitarle. Se ha sobrepuesto a todo. No se le puede poner ningún pero", destacó el técnico. Eso sí, mandó un aviso. "El año pasado nos paramos en 48 puntos; la experiencia nos tiene que servir para no mirar más allá de competir día a día".

Acostumbrado a ver partidos en la grada, no le dio mayor importancia a este hecho. "Llevo dos años con este cuerpo técnico y cuando nos íbamos a decir una cosa, el otro decía lo mismo".

Sobre la posible huelga fue irónico. "No me conviene". "Pero si el martes se decide, se decidirá a las doce de la noche; aquí en España acostumbramos a hacer las cosas así".

No pasó desapercibido para Alcaraz el gol de Vico con la selección. "Son datos importantes para lo que se nos viene encima, en el futuro".