Sergio Scariolo respira más tranquilo tras el partido ante Nueva Zelanda. Y no solo por las sensaciones que ofreció España, más entonada que en su debut. También por el protagonismo de Rudy Fernández, de 25 años, que está viviendo un verano complicado por su deseo, aún sin concretarse, de abandonar Portland y lograr un traspaso a otro club de la NBA o a Europa, donde el Regal Barça y el Madrid están a la expectativa. A Rudy se le vio con chispa y a sus 12 puntos añadió 12 rebotes, una cifra extraordinaria. "Creo que para él, este partido ha sido una inyección de confianza", subrayó el seleccionador.

--Se ha convertido usted en una pieza clave en el rebote.

--No me imaginaba que pudiera coger tantos. Es mi récord personal. No me acuerdo de haber cogido 12 rebotes ni cuando estaba en la Penya. Pero el equipo necesitaba que los exteriores colaborásemos en esa faceta. Estamos contentos de la victoria, pero ahora hay que continuar en esa línea frente a Lituania y seguir con los pies en el suelo porque cualquiera te puede dar un susto.

--Frente a Nueva Zelanda se les vio más cómodos que en el debut frente a Francia.

--Estamos contentos del partido que hicimos. Pero somos ambiciosos y sabemos que la selección puede ir a más. Aun tenemos que ver a la mejor selección, la de los partidos de preparación.

--Ofensivamente el equipo dio un paso adelante pero defensivamente aún hay lagunas.

--Eso es lo que tenemos que trabajar. Frente a Nueva Zelanda tuvimos buenos porcentajes en ataque, pero quizás en la primera parte no se vio la defensa de la segunda. Fue mucho más agresiva. Nos pusimos el mono de trabajo y eso nos vino bien para irnos en el marcador.

--El año pasado, en el Europeo, ya asumió en algunos partidos la función de alero y este año repite.

--Aunque no es mi posición, siempre que juego con Juan Carlos me encuentro cómodo. El año pasado jugamos mucho tiempo juntos y mi rol era también defender a jugadores más interiores que yo y también más fuertes como Diaw o Turkoglu. Pero me salió bien e intentaremos que en esta ocasión sea igual.

--A usted se le ve más tranquilo que durante esta temporada, que se le ha complicado con muchas lesiones, con un papel más secundario en Portland y con todo lo que se ha hablado de su futuro.

--Venir aquí me ha dado tranquilidad y alegría. Desconecto muchísimo cada vez que estoy con mis compañeros. Además tengo la oportunidad de disputar otro Mundial y disfrutar al máximo. Para nosotros se trata de una competición muy importante e intentaremos regresar a casa con medalla.

--¿Vuelve a sentirse jugador?

--Estar con estos amigos te da esta libertad de ser tú mismo, aunque eso no quiere decir que en Portland me haya dejado de sentir jugador. Para mí, este no ha sido un año perdido. Al contrario. He aprendido muchas cosas. Pero en la selección tengo otro rol.