España empezó la defensa de su título en el Mundial con el pie izquierdo. Encajó una derrota inesperada frente a Francia en su debut, un revés que cayó como un jarro de agua fría en el ánimo del vestuario y que, desde luego, servirá para bajar al campeón a la tierra. Curiosamente es la misma puesta en escena que vivió la selección hace un año e n el Europeo y, al final, acabó levantando el trofeo de campeón.

Hay tiempo de sobra en un grupo con seis equipos para enmendar ese mal paso (que ahora puede evitar incluso el hipotético emparejamiento con EEUU en semifinales) empezando por el encuentro de esta noche frente a Nueva Zelanda (20.00, La Sexta). Y esa, al menos, es la buena noticia que se desprendió ayer de un partido por el que la selección pasó casi de puntillas, sin dejarse ver, desplazada por el músculo y la dureza que impuso Francia y también condenada por sus numerosos errores en el tiro con unos porcentajes que llevan incluso al sonrojo (53% en tiros libres, 36% en tiros de campo).

MENSAJE CONTRADICTORIO En realidad del campeón apenas hubo noticias en Esmirna, donde se le esperaba para mandar un claro mensaje a sus rivales en el inicio de la defensa de su título. Y las pocas que hubo resultaron contradictorias. Marc Gasol apenas contó con relevancia cerca de la zona. Ricky tuvo problemas para hacer jugar el equipo y ni Rudy ni Navarro, en muchas fases del partido, actuaron cómodos frente a la agresividad con la que actuaron los franceses, con cierta permisividad arbitral, todo hay que decirlo.

Por momentos, pareció que el equipo llegaba en onda. Sus primeros 20 o 25 minutos, al menos a nivel defensivo, estuvieron a buen nivel, supliendo su alarmante falta de acierto. Pero después el equipo se fundió también en ese aspecto, y acabó superado con claridad por un equipo mucho más convencido de sus fuerzas y que supo jugar con la cabeza mucho más fría.

"Este equipo ya ha pasado por situaciones complicada y las ha superado", fue la valoración del seleccionador Sergio Scariolo, nada más acabar, intentando restarle dramatismo a una derrota que aleja a España del primer puesto del grupo. "Ellos han jugado más duros y sobre todo con la cabeza mucho más fría en los últimos cinco minutos", admitió. "En ningún momento nos hemos sentido cómodos", reconoció también Felipe Reyes, que incidió en la misma línea. "Se ha perdido un partido, pero esto acabar de empezar y se puede arreglar perfectamente". aseguró.

BUENA PUESTA EN ESCENA En realidad, la selección hizo una buena puesta en escena (18-9 al final del primer cuarto), jugando con comodidad. Pero Francia supo recuperar el paso, endureciendo el partido en la zona, y aplicándole mucha más intensidad con la entrada del explosivo Albicy en la posición de base y de la mano de un recuperado Gelabale (el exmadridista fue una obsesión para la defensa española) y un agresivo Batum (14), el compañero de Rudy en Portland.

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