No era el discurso del miedo, pero casi. Pep Guardiola tiró ayer de hemeroteca y estadísticas para alertar de la visita del Espanyol. Al Camp Nou no acude hoy un equipo que va rodando cuesta abajo hasta situarse a tres puntos del descenso, que acumula cuatro derrotas consecutivas y solo ha sido capaz de ganar 2 puntos de los últimos 18. El entrenador del Barça expuso su máximo respeto ante cualquier adversario en un derbi que pinta solo de color azulgrana. Nunca habla Guardiola en tono superlativo de su propio equipo aunque lo merezca. Una mezcla de pudor y vergüenza se lo impide. Prefiere que hablen los demás, como hizo ayer Mauricio Pochettino, elogiando la propuesta futbolística azulgrana, y los números.

Los utiliza como mejor le conviene y ayer cogió la fracción de la estadística que sirve para activar la luz de alarma ante la visita del Espanyol. Esos números, irrefutables, hablan de que el Barça solo ha ganado uno de los cinco últimos derbis del Camp Nou en la Liga (temporada 2005-06), que ha empatado tres y que el último precedente, el de la pasada campaña, arrojó un triunfo visitante después de 27 años de abstinencia.

PARTIDO PARA OLVIDAR Ese último derbi (1-2) es la referencia que toma Guardiola para preparar el duelo de hoy. Espera una reedición de aquel partido. El mismo Espanyol enfrente, aunque renovado sustancialmente por las lesiones y las bajas que tiene Pochettino. La mejor versión blanquiazul en cuanto a rendimiento, "me tengo que guiar por su trayectoria impecable hasta los últimos partidos", destacó Guardiola. Es decir, competitivo y de contacto. "Espero el Espanyol que te viene a buscar arriba, agresivo en los marcajes. Habrá que ser rápidos con el balón y evitar las interrupciones y las fricciones", explicó Guardiola.

La propuesta del Barça es muy distinta, admitió Pochettino. El técnico blanquiazul no regateó elogios al estilo inculcado por su rival, con que se encontró ayer en el Camp Nou para la fotografía anual entre los entrenadores del derbi. Pochettino destacó dos figuras clave en el engranaje azulgrana: a Xavi, por su condición de ser el principal generador del juego y a Messi por su capacidad desequilibrante. "Sin Messi, el Barça pierde al mejor jugador del mundo, pero no estaba ante el Inter, y tampoco Ibrahimovic, e hicieron un gran partido"O, admitió Pochettino, que vio en directo desde la grada aquella exhibición azulgrana. Guardiola también relativizó la ausencia del Balón de Oro, a quien espera recuperar para el Mundial de clubs de Abu Dabi de la próxima semana. Pero espera no echar de menos su "coraje y las ganas de ganar, de querer siempre más y más" que posee el argentino.