Las paradojas del fútbol a las que tanto se refiere Lucas Alcaraz, que al tener que contemplar el encuentro desde la grada obliga a Alessandro Pierini a ejercer de entrenador de facto sobre el césped. Ya tuvo que hacerlo durante algo más de una hora en Los Pajaritos soriano, aunque allí lo tenía más fácil. Alcaraz se situó tras el banquillo, en la primera fila, y solo le separaban del italiano tres metros escasos. Ventajas de estar en un estadio con capacidad para 9.000 espectadores.

Hoy lo tendrá algo más complicado y deberá comunicarse con su segundo por otros medios, aunque el pasado jueves no quiso desvelarlos. "Es un secreto", dijo con su peculiar sentido del humor. De todas maneras, lo que no le podrán quitar al hasta hace pocos meses capitano es la sensación de sentarse en el banquillo de El Arcángel e imaginar, aunque sea durante un instante, que su sueño se ha hecho realidad. Además, lo tiene fácil. El técnico del equipo rival de hoy puede dar fe de que el granadino delega mucho en sus ayudantes. Que les da jarilla , vamos. Con él lo hizo en el Recreativo y algo de aquello le habrá servido para estar donde se encuentra. Lo que sí es cierto, y bien que lo sabe el italiano, es que el rival de hoy no es, precisamente, de los llamados de trámite.

Mikel Dañobeitia puede recordárselo bien. El vasco pasó dos temporadas como blanquinegro y llegó al Salamanca como jugador que se desenvolvía como mediapunta por el centro. Sin embargo, la temporada pasada, David Amaral lo empleó en ambas bandas y, curiosamente, más por la izquierda que por la derecha. Dañobeitia ya ha jugado tanto por un sitio como por otro en El Arcángel, aunque no como blanquiverde. Del partido de hace seis meses ya se ha hablado casi todo. Se ha recordado al Dañobeitia por la izquierda, incisivo y mostrando todas las carencias que tenía el conjunto blanquiverde en la banda derecha (y en otros sitios) la pasada campaña. Tanto, que aún se dice que el vasco llegó a orillas del Guadalquivir por ese encuentro.

Un año antes, en la temporada 2007/08, formaba parte de un equipo que dio el segundo aviso al Córdoba de Paco Jémez, al Córdoba de los últimos minutos. En la octava jornada, los charros lograban un punto en el descuento, gracias a un gol de David. A partir de ahí, la psicosis del último cuarto de hora en el equipo cordobesista fue aumentando progresivamente. Paradójicamente, unas jornadas antes, el que rendía visita era el Nástic, que al igual que este año, arrancó un punto en los últimos minutos, cómo no.

Pero lo que sí puede decirse a la vista de la historia es que, hasta ahora, Dañobeitia no ha perdido en El Arcángel.