Sentado en la terraza del restaurante Stoke House, en la playa de Santa Kilda, Jenson Button comentaba los titulares de la prensa australiana a su novia, la modelo hispanojaponesa Jessica Michibata. Aún le cuesta creer cómo han cambiado las cosas en tan poco tiempo. No solo porque el año pasado conducía el segundo peor coche de la parrilla, o porque hace un mes ya no existía la escudería y el inglés no encontraba acomodo en ningún otro de la F-1. Antes, mucho antes, a mitad de la temporada, los jefes del equipo buscaban otros pilotos, a una joven promesa y a un campeón. Querían a toda costa a Fernando Alonso. "Le esperaremos con un ramo de flores hasta el jueves", llegó a decir Ross Brawn. La escudería inglesa firmó el domingo el primer doblete, el premio a diseñar y construir un coche que parece invencible. Los grandes patrocinadores comienzan a llegar y el futuro es alentador. Debería ser suficiente para hacerles olvidar que un día Fernando Alonso meditó tomar parte de ese proyecto. Pero no es así.

"Hicimos todo lo que pudimos para unirle a nuestro proyecto, pero no pudo ser. Es una pena", recuerda Nick Fry, el hombre que sucedió a David Richards como jefe del equipo BAR en el 2006. Es uno de los veteranos y una de las dos cabezas del equipo junto a Ross Brawn. Es el tipo que suele dar las malas noticias como los despidos en la escudería. "En este momento somos unas 700 personas y hemos hablado de reducir el personal a unas 430, que es el número que teníamos cuando éramos BAR", asegura. "Ahora somos un equipo privado".

Y eso no quiere decir débil. "No hay trucos, ni trampas. Nuestros coches son legales y no creo que suceda nada en la reunión del Comité de Apelación del próximo 14 de abril. Podrán cambiar las normas, pero nosotros hemos trabajado mucho en este proyecto desde que se conoció el reglamento en detalle. Ahora recogemos los primeros resultados". Fry descarta que su escudería haya gastado mucho más dinero que el resto como denuncian sus rivales. "Hemos gastado mucho menos que los demás, pero lo hemos invertido bien".

Comenzaron a preparar el diseño del coche del 2009 en diciembre del 2008 y, en junio, ya lo habían construido. Sabían que era un coche ganador y se lo enseñaron a Alonso durante el GP de Canadá. Allí comenzó su ofensiva por fichar al asturiano.