Ayer fue un día muy duro para Angel Marín. Desde que se acostó el domingo, con la idea de destituir a Castro Santos y darle las riendas del club a Miguel Angel Portugal, hasta anoche, transcurridas veinticuatro largas horas, se tambaleó cientos de veces entre dudas. Alcanzó picos de inestabilidad en un grado sumo cuando señaló, por ejemplo, que para él Verdugo podría ser incluso el sustituto de Castro Santos, o que "tendría que estar todavía Ortuondo" al frente del equipo. Hasta ahí llegó su incertidumbre, vagando de radio en radio por teléfono, de entrevista en entrevista.

Empezó pronto, cuando su director general deportivo, Miguel Angel Portugal, llegó a mediodía de Madrid en Ave. Según éste manifestó, no le ofreció el puesto del técnico gallego. Después, con el portavoz y vicepresidente, Antonio Rodríguez Carretero, prosiguió la segunda parte del encuentro del domingo, y se mostraron molestos porque se diera por hecho el relevo, "cuando era una opción más que barajábamos (la de Portugal)", añadía a la postre el portavoz del consejo.

Pero Marín tenía en mente la reunión con los capitanes, en la que tenía puestas sus últimas esperanzas. La entrevista había sido solicitada el sábado por la noche por los capitanes, según unas fuentes, aunque otras apuntan que fue el domingo el propio presiente el que los había citado a los cuatro.

"Es para recabar sólo sus opiniones sobre el técnico, porque son los que tienen que hablar, pero en el campo", explicó a mediodía en diversas emisoras. Por la tarde, cuestionado sobre la continuidad del técnico, Castro Santos, ni lo dudaba. Seguirá pues. Pero instantes más tarde, dudaba y dudaba. Sobre la posibilidad de que Portugal se siente en el banquillo, a pesar de que meses atrás se había negado dijo: "No es que le guste o no, pero las circunstancias se dan". "Hoy no se va a tomar ninguna decisión. Queremos tener varias opiniones para ver si somos capaces de saber dónde está la solución, para lo que hay que informarse y escuchar a todo el mundo", añadió un Marín menos impulsivo, antes del encierro con los cuatro capitanes.

La reunión cumbre fue a las ocho y media en la sede de la Fundación. Apenas duró tres cuartos de hora. A la conclusión, Ramón se dirigió por iniciativa propia a los informadores y señaló que había sido "para mostrarnos su apoyo". "No se ha hablado nada del míster", afirmó, a pesar de lo que había sido anunciado. Acto seguido, Portugal salía de la misma cita y con semblante tranquilo decía exactamente lo mismo que Ramón. Y ante la pregunta de si Castro Santos viajará a Vitoria apuntó: "Mañana hay un presidente que se reunirá con un consejo y ellos lo decidirán". Alea jacta est .