Diario Córdoba

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EN EL BALANCE DE LA 41 EDICIÓN DEL FESTIVAL DE LA GUITARRA

Impulso a las miradas jóvenes entre la tradición más clásica

La cita musical satisface a los oídos más finos sin olvidar las inquietudes contemporáneas

Los sevillanos Califato 3/4 reivindicaron el andalucismo con psicodelia, flamenco y electrónica. CHENCHO MARTÍNEZ

Toda percepción de una cita cultural es subjetiva aunque, como declaró el director del Festival de la Guitarra en una entrevista realizada por este medio, «está dirigido a gente con un gusto gourmet». Juan Carlos Limia reconoció no esperar una afluencia de público masiva. La realidad es que los teatros se han llenado en las fechas esperadas del programa. El lleno total con Sara Baras era esperable; el vacío dejado por la cancelación de Alan Parsons no fue difícil de solventar. Si acaso La Axerquía deslució varios espectáculos que costó llenar por las dimensiones del recinto y el inicio de la temporada de festivales.

El guitarrista americano John Scofield llevó a su terreno la esencia del jazz en compañía de Josh Dion (batería), Jon Cowherd ( piano) y Vicente Archer (bajo). FRANCISCO GONZALEZ

La cuestión es que la propuesta ha ofrecido opciones para amantes de lo excelso sin olvidar que hay formas de elevar a los públicos más allá de la técnica. Siempre luce el virtuosismo que demostró Al Di Meola en el cierre, la implicación de John Scofield con su Yankee Go Home! - delicia para los amantes del jazz observar la batería de Josh Dion en directo-. Pero la nostalgia también es buen aliciente para congregar al público local. Lo de Medina Azahara el pasado 1 de julio fue una conversación intergeneracional para el recuerdo. Andrés Calamaro llegó al corazón de quienes añoran a las viejas glorias y Coque Malla, aunque reivindicó en directo la importancia de las nuevas canciones, tuvo que rendirse al impacto de No puedo vivir sin ti y Adiós Papá en un Gran Teatro en pie, anhelante de Los Ronaldos.

Más primitivos fueron los Califato 3/4, orgullosos de su gamberrismo escénico, necesario para su coherencia estética. Alimentaron a una juventud ahogada por la digitalización y que, carente de referentes culturales, busca en la tradición de su folclore una nueva vista hacia el futuro. Así lo hicieron las Tanxugueiras, reivindicaciones feministas y anti homófobas incluidas. Mientras el Góngora acogió las propuestas más clásicas de nombres internacionales, la sorpresa y las preguntas llegaban con la presencia del jovencísimo Guitarricadelafuente que, con una apuesta minimalista, dio frescor y belleza a la tradición aragonesa. Los integrantes de La M.O.D.A contribuyeron al redescubrimiento de las tradiciones en su Nuevo cancionero burgalés, con un directo intenso y de los que dejan un corazón cálido en el oyente.

Guitarricadelafuente tiñó de indie el folclore aragonés. MANUEL MURILLO

La 41 edición del Festival de la Guitarra ha vuelto contundente, consciente de su potencial de influencia en el talento joven de la capital con el ciclo Patios de Guitarras y sin haber olvidado los característicos cursos de formación que se quedaron atrás en la pandemia.

Pero lo más notable es la conciencia para los cordobeses de haber recuperado una cita que siempre ha sido, ante todo, para ellos. Se trata de una oportunidad de hacer ciudad en torno a la música, plantear el tipo de espectáculos que pueden calar en el tejido artístico local. Inspirar. O dejar anécdotas. Como ver a Josh Dion, uno de los grandes bateristas actuales, tocar en el Jazz Café.

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