El dramaturgo y actor lucentino Rafael Álvarez El Brujo estrenó anoche en la plaza del edificio basilical superior de Medina Azahara Crónicas desde el harén. El califa nacido de una noche de amor, una propuesta teatral ideada para recrear una noche oriental en los jardines del palacio. Con su voz y acompañado del violín de Javier Alejano, El Brujo fue creando una atmósfera teatral para evocar la estética de trovadores y juglares medievales, tanto del estilo de las tradiciones cristianas como árabes, Una performance, que durante una hora y cuarto trasladó a los espectadores a aquella corte de Abderramán III y a vivencias personales del intérprete. 

«Medina Azahara tiene una magia especial. Estoy muy emocionado de poder actuar aquí, porque es cierto que la magia del recinto me inspira», aseguró ayer el actor pocas horas antes de que comenzara la representación. No es la primera vez que El Brujo actúa en un escenario histórico. Hace muy poco lo ha hecho en el teatro romano de Mérida y también en la catedral de Burgos. «Todo es mágico en Medina Azahara. Su esplendor fue muy breve, pero tan grande su creatividad. Hay tantas cosas ocultas todavía en Medina Azahara, que de descubrirlas nos podrían hoy alumbrar», sostiene.

La obra, un estreno absoluto, que volverá a representarse esta noche, a las 22.00 horas, gira alrededor de un ardid de la concubina Maryan al comprarle su turno a Fátima, la esposa y prima del califa Abderramán III, para pasar una noche en compañía de este, suceso que da un giro histórico a la sucesión en el califato de Córdoba poniéndolo en las manos de al-Hakam, hijo de Maryan, y relegando a la esposa Coreichita en el favor del califa. El argumento se basa en la versión de al-Qubbasi, narrada por el cronista de la corte omeya Ibn Hayyan del engaño de Maryan.

Además, de este enredo, El Brujo enlaza la anécdota de la corte omeya con «recuerdos y vivencias de cuando yo era niño en Córdoba. Por ejemplo, para mi padre, que era de Lucena, venir a Córdoba era como ir a la Meca. Él era representante de vinos y tenía que ir a las tabernas», explicó el intérprete. Pese a que sabe que el aforo está muy limitado por las restricciones que impone la pandemia del covid-19, Rafael Álvarez se mostró ayer muy agradecido por la oportunidad que se le ofrecía de «este encuentro cultural» con el público en Medina Azahara, dentro del nuevo certamen teatral Algarabía de la Consejería de Cultura de la Junta y deseó poder volver el verano próximo sin restricciones.