El título de esta obra teatral, Juana, puede enmascarar esa palabra que sustituye a un nombre secreto o sagrado que no será revelado más que a los iniciados. Sobre el escenario, cinco artistas (cuatro hombres y una mujer) se sumergen en una vorágine de sentimientos intensos para dar vida a esta Juana, un personaje que engloba a todas las mujeres, tengan el nombre que tengan. Este espectáculo muestra un cúmulo de sentimientos a flor de piel y lo hace uniendo teatro de texto con danza contemporánea y elementos de performance, todo ello inmerso en la potencia que rodea la puesta en escena: una sencilla y eficaz escenografía de Allen Wilmer, representada por un gran desmontable que delimita cada uno de los espacios donde moran las distintas Juanas, el fondo musical envolvente, el elegante y a la vez sencillo vestuario de Sonia Capilla, y la muy lograda iluminación, que potencia las figuras grupales (de gran belleza plástica) que los cinco artistas trenzan a través de unos siempre armoniosos movimientos, calmados unas veces y violentos otras, subrayados, repito, por la acertada iluminación.

El texto hace referencia a todas las mujeres a través de estas Juanas que recoge Juan Carlos Rubio junto a Marina Seresesky y Clarice Lispector, y también incluye fragmentos de Bernard Shaw; Shakespeare y Juana Inés de la Cruz; así como pinceladas del Antiguo y Nuevo Testamento. Ello convierte a Juana en una obra de conceptos, de frases que son sentencias sobre la vida y la muerte dentro del arco vital de sus protagonistas. Desde Juana de Arco, la Loca y la Papisa, hasta la última Juana que puede estar entre nosotros.

La puesta en escena carece prácticamente de cronología: los personajes no se corresponden en el tiempo y, por ello, es posible que desde un principio el discurso no llegue al espectador con nitidez y claridad, pero a medida que se profundiza en el contenido surge con transparencia el fondo y la forma con que se plantean todos los por qué, sometiendo a juicio el papel de la mujer a lo largo de la historia.

¿Hay un destino femenino sobre la Tierra? El texto es pura poesía que ralentiza los movimientos para mostrar la lucha por la libertad a través de la condición femenina. Todo ello desde la emoción, liberando sentidos y sentimientos para hacer una sencilla pregunta: ¿Cómo se llega a la libertad y se transmite luego a las mujeres de hoy?

Juana puede ser un acercamiento a ello. Una obra y puesta en escena muy recomendable a través del intento de que convivan de forma orgánica el texto, la dramaturgia, el movimiento y la danza para mostrar de dónde saca su fortaleza el eje central de esta Juana: la mujer, magníficamente interpretado su papel por Aitana Sánchez-Gijón, que da una profundidad magistral al texto y al movimiento corporal, perfectamente secundada por los actores-bailarines de Losdedae, compañía de danza.

Gracias Juan Carlos Rubio y Chevi Muraday por estos momentos tan intensos.