Dentro de los actos conmemorativos del 50 aniversario de Emacsa, desde ayer y hasta el 25 de junio se puede disfrutar en la planta baja del Ayuntamiento de Córdoba de la exposición Aqua-Ma’an-Agua, que muestra el modo en el que históricamente se han cumplido los objetivos que tiene esta empresa municipal: la distribución del agua. Para desarrollar este discurso, y aprovechando que es una ciudad histórica, la exposición se distribuye en tres etapas: la romana, la islámica y la contemporánea. De ahí el nombre de esta muestra, que recoge las distintas formas de llamar al agua, según la época.

De esta manera, se verá cómo se ha gestionado el agua en Córdoba en estos tres periodos a través de 93 piezas, 73 de ellas prestadas por el Museo Arqueológico, perteneciendo el resto a los fondos de Emacsa. A través de esta muestra, el espectador conocerá cómo, en el periodo romano, comienza afianzarse en Córdoba el concepto de servicio público del suministro y la evacuación de aguas con vistas a ser una ciudad grata para los habitantes, para después pasar al periodo islámico, donde los acueductos dejan de funcionar y el agua comienza a suministrarse de manera individual a través de pozos, perdiéndose el concepto de servicio público.

Por último, la exposición da el salto al siglo XVI, un periodo en el que el agua vuelve a estar gestionada por las autoridades, llegando hasta el siglo XX, «el momento más parecido a la gestión en la época romana», según señaló el comisario de la exposición, el catedrático de Arqueología de la UCO Carlos Márquez.

«Hacemos una comparación histórica de la función social e higiénica del suministro de agua», prosiguió el comisario. Así, el periodo romano está representado por testimonios arqueológicos de acueductos, un fragmento de una fuente y otra serie de elementos de plomo de la época, que eran los conductos por los que pasaba el agua de los acueductos a las canalizaciones que llegaban a estas fuentes, las termas o las casas que tenían su propio suministro. También de época romana, se presentan algunos brocales de pozo y elementos ornamentales de las fuentes, ya que «en esa época se le daba una importancia extraordinaria a la presencia del agua en la ciudad y se adornaba de diversas manera», continuó Márquez.

NUEVOS MATERIALES // Del periodo islámico se muestran «brocales de pozos muy variados, desde la época emiral hasta el siglo XII y XIII», así como elementos para trasladar esa agua, como vasijas o vasos. La última época, la moderna, se muestra a través de los fondos de Emacsa, «que son los mismos que existían en época romana, pero, obviamente, realizados con materiales y técnicas más depurados», como contadores de agua o tuberías. «El objetivo es hacer ver que lo que ha cambiado ha sido la técnica, pero la función sigue siendo la misma que hace 2.000 años», además de mostrar «cómo en la actualidad, gracias a Emacsa, el servicio público que se sirve a los ciudadanos es el mejor que ha tenido Córdoba en todo este tiempo», concluyó Márquez.