En realidad, hoy tenía pensado escribir a propósito de una muy recomendable película española que ha llegado con cierto retraso a las pantallas cordobesas y que se ha marchado con prisa, pese a la buena acogida que recibió el día en que tuve el gusto de disfrutarla, con la sala bien nutrida de público. Me refiero a Carmen y Lola, debut en el largometraje de Arantxa Echevarría, donde se narra con muy buen pulso el amor entre dos jóvenes gitanas y las dificultades para salvar los prejuicios que marcan la tradición.

Sin embargo, recurro a la reserva, ya que cuando salgan estas líneas ya no estará en cartel esta estupenda cinta. De correctas podrían calificarse las dos propuestas que cito a continuación. Por un lado, la comedia francesa Enamorado de mi mujer, que dirige y coprotagoniza Daniel Auteuil, que adapta para la gran pantalla el texto teatral L´envers du décors de Florian Zeller, donde asistimos a las ensoñaciones de un editor que queda deslumbrado por el personaje de Adriana Ugarte cuando se presenta como la novia de su mejor amigo (Gérard Depardieu), ante la estupefacción de su mujer (Sandrine Kimberlaine). La producción no deja de ser un divertimento donde se juega constantemente con la ficción y la realidad dentro de una dramaturgia que sabe utilizar como un artefacto de relojería la maquinaria teatral, aunque su desenlace huela a cierta moralina.

Por otro lado, El escándalo Ted Kennedy, de John Curran, se centra en un desafortunado capítulo de la vida del pequeño de los Kennedy, cuando después de una fiesta con su equipo de campaña acabó con su coche bajo las aguas, no siendo capaz de salvar la vida de su acompañante y colaboradora, extinguiéndose así sus aspiraciones a la Casa Blanca. El protagonista luchará en su interior por salvar su reputación política mintiendo o salvarse a sí mismo haciendo frente a la verdad.