La señora de mi casa es la justicia», señaló ayer entre risas el abogado cordobés Rafael Mir Jordano durante el acto de donación de su legado profesional al Archivo Municipal, presidido por la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, que, «siendo consciente de la importancia» de esta documentación «para historiadores y sociólogos», ya que refleja «el paso de una época a través de sus casos judiciales», agradeció este gesto al abogado y colaborador de Diario CÓRDOBA. Esta es la segunda vez que el escritor y jurista cede documentación a la institución archivística cordobesa, porque ya hace unos años hizo lo propio con el material profesional de su padre. Entonces lo llevó a cabo con el objetivo de que «el día de mañana, si se quiere investigar, se conozca cómo era la abogacía, justicia y la sociedad de una época», motivo por el cual realiza ahora la misma acción con su archivo, según señaló Mir, que recordó algunos de los casos que más relevancia tuvieron en su momento y sus anécdotas, señalando que «volvería a dedicar mi vida a la abogacía», que ha ejercicio durante 55 años.

De esta manera, los cordobeses disponen desde ahora de la documentación de este «insigne jurista» que siempre ha tenido una presencia muy destacada en la vida de la ciudad. Este legado abarca desde 1955 al 2006, un periodo de ejercicio profesional que estuvo a caballo entre la dictadura y la democracia, lo que, «evidentemente, tiene mucha importancia desde muy distintos puntos de vista», subrayó Ana Verdú, directora del Archivo Municipal, que explicó que estos documentos «reflejan cómo ha evolucionado el Derecho y la relación de un jurista con su representado» y «también denota cómo se posiciona una persona anónima ante la ley», algo que es «muy diferente cuando se está bajo una dictadura o una democracia». Con este archivo se asiste a la evolución de «administrado a ciudadano», prosiguió Verdú, que también destacó que de esta manera «irrumpen en nuestra institución los avatares y problemas de los ciudadanos y, de la mano de Rafael Mir, entran muchos cordobeses anónimos en momentos difíciles de su vida». Por otro lado, la directora recalcó que esta donación también es muy interesante desde el punto de vista de la historia del Derecho, convirtiéndose en una «aportación muy importante» para el Archivo, que se siente «muy agradecido a Rafael Mir», condecorado en el 2007 con la Medalla del Consejo general de la Abogacía Española. Cien cajas que albergan los 1.950 expedientes --«una selección», según el abogado— componen este legado «de incalculable valor» y que supone “un enriquecimiento cualitativo de nuestro patrimonio documental», concluyó Verdú. Por su parte, Ambrosio alabó la figura de Rafael Mir, «una de esas personas de múltiples saberes y quehaceres que, nacidas con el don de la ubicuidad y una portentosa capacidad de trabajo, abarcan un sinfín de campos, en todos intentan destacar y muchas veces lo consiguen».

La alcaldesa recordó que el abogado fue fundador y director de revistas literarias, como Arquero, que difundió la obra de numerosos poetas cordobeses de la época, como Antonio Gala o los miembros del grupo Cántico. También fue el primer delegado de Cultura de la Junta de Andalucía en Córdoba, impulsando Medina Azahara y el archivo provincial, fundando en 1988 la Asociación de Amigos de los Museos de Córdoba, que presidió durante ocho años. «Ha participado en los casos judiciales más sonados, más importantes de la historia de la ciudad de Córdoba, sobre todo los de la época más convulsa, la Transición», continuó Ambrosio, que aseguró que este legado «viene a ser gran parte de la historia judicial de esta ciudad en la segunda mitad del siglo XX». Isabel Ambrosio despidió su intervención dando las gracias al abogado, asegurando que su legado «está en buenas manos, porque excelentes son las de este archivo municipal y las de su directora, Ana Verdú, y que además será una obra viva».