TRAYECTORIA NACIDO EN HINOJOSA DEL DUQUE EN 1935, HA SIDO CATEDRATICO DE HISTORIA DE LA FILOSOFIA EN LA UNIVERSIDAD DE BARCELONA Y GRANADA. RECIBIO EL PREMIO ORTEGA Y GASSET DE ENSAYO Y HUMANIDADES EN 2004, ASI COMO EL PREMIO DE INVESTIGACION 'IBN AL JATIB' DE LA JUNTA DE ANDALUCIA, EN 2008.

El filósofo hinojoseño Pedro Cerezo ha consagrado su vida al estudio de la filosofía española, especialmente a la figura de Ortega y Gasset y la influencia de El Quijote . Catedrático honoris causa de la UCO, recibió recientemente el Premio Internacional Menéndez Pelayo, que consagra una carrera llena de títulos y obras de referencia.

--¿Qué supone este premio en su carrera y qué influencia ha tenido Menéndez Pelayo en sus reflexiones?

--Con respecto a la primera pregunta le diría que implica profunda satisfacción porque es el premio más adecuado a las humanidades, el perfil al cual vengo dedicando mi investigación. Siguiendo un poco las líneas de Menéndez Pelayo he querido restaurar el pensamiento tradicional español y ponerlo en diálogo en una coyuntura más propicia, ahora en democracia, que en su tiempo. He entregado una obra sobre él, Menéndez Pelayo en perspectiva , que espero que salga estas navidades.

--Usted se ha dedicado al estudio intensivo de la obra de Ortega y Gasset. ¿Cuál creé sería su reacción ante esta crisis?

--Ortega decía que toda crisis es un estímulo para una revisión de lo que nos pasa para luego hacer el proyecto adecuado. Pensaba que la vida es crisis. Creo que Ortega hubiera sido muy crítico con la pérdida de las buenas costumbres y el relajamiento de la virtud democrática de este país. Esta conciencia que hay de vivir sin ningún compromiso de futuro.

--Alguna vez ha dicho que la generación del 98 iba más allá de España y que caracterizó el fin de siglo. ¿Creé usted que los radicalismos de ahora podrían ser una reacción al siglo XXI?

--Hay una crisis de desmoralización profunda que está sufriendo una Europa que supuso un progreso enorme como comunidad de destino político. La está sufriendo por la pérdida de la conciencia moral, de la democracia entendida como virtud y no solamente como régimen político. Creo que todos los pensadores radicales de la crisis, como los del 98, meditan sobre Europa, y España está implicada en ese mismo destino histórico, no podemos ignorarlo.

--Se ha discutido mucho sobre la rebaja de las horas de filosofía en la Lomce, ¿Cuál es su opinión y que papel considera que la filosofía debería jugar?

--Es una situación vergonzosa. La filosofía es el centro del humanismo y por consiguiente debe de tener una consideración acorde con esa función. Es verdad que también los profesores de filosofía hemos abusado de una enseñanza historicista y lo que interesa es formar al alumno en los filósofos de hoy que responden a problemas de hoy. De modo que hay una culpa por parte de la Administración, que atiende más a las ciencias y abandona el humanismo; y por parte de la propia filosofía, que no ha sabido estar a la altura de las exigencias sociales de nuestro tiempo.

--Ahora parece que se está vinculando cada vez más ciencia y filosofía. ¿Por qué en este momento se hace más necesario?

--Hoy en día, con el paradigma científico y su evolución va a caballo con el filosófico, prácticamente juegan a la vez una coyuntura y otra. No creo que la crisis haya venido de la ciencia, aunque algo tiene que ver la mentalidad tecnicista, sino de la pérdida de humanismo. Hemos pensado que solo de técnica y de ciencia se puede vivir. Con esto, los grandes resortes de la cultura humanística se han abandonado y es una cosa gravísima que se notará a largo plazo y que ya son los resortes de una auténtica barbarie cultural. La gente necesita criterios básicos para valorar sus propias circunstancias.

--Con la crisis la gente ha empezado a plantearse el porqué de lo que estamos viviendo. ¿Nos encontramos una vez más con una visión de la historia como lucha?

--No es una crítica social simplemente, es un crisis nihilista. El nihilismo es el pensamiento de nuestro siglo, una relativización extrema en los valores y la trivialización de los modos de vida. Estamos viviendo quizá la más aguda crisis de nihilismo que podríamos imaginar. El frente caliente de la crisis está en el orden social pero a la vez se produce porque hay un capitalismo puramente especulativo, porque la socialdemocracia está en crisis y todo tiene que ver con la crisis de la moral y de la filosofía de la época actual.

--Es usted catedrático en la Universidad de Granada y se declara admirador de El Quijote, ¿repercute el paisaje del sur en sus reflexiones?

--Andalucía no solamente es un paisaje sino un estilo de vida que cultiva mucho los primores de lo cotidiano y necesitaba sembrar en ella la filosofía. Una de las cosas de las que más me enorgullezco es la de haber fundado la primera sección de filosofía de Andalucía. Respecto a El Quijote , he de decir que me sigue cambiando. Es la gran reflexión sobre la crítica responsable, una libertad no alucinada, que no implica desesperaciones aniquiladoras. Cervantes es un maestro de vida. Su ironía para abordar las cosas de forma crítica, burlona y esquiva. Da para mucho que hablar y reflexionar.

--En este sentido, ¿piensa que existe una filosofía propia del español?

--Hay una tradición hispánica del pensamiento que es plural y que ha estado postergada incluso por falta de cultivo de lo propio. Creo que esta filosofía tiene mucho que decir en un momento en el que se está viviendo la quiebra de la gran metafísica y el idealismo abstracto alemán.