Numerosas personas de todas las edades acudieron ayer a la capilla ardiente instalada en el Ayuntamiento de Benidorm para dar el último adiós a Manolo Escobar. El féretro con los restos mortales del artista, a su llegada al consistorio, fue recibido entre aplausos y gritos de "Viva Manolo" por centenares de personas que en esos momentos hacían cola para entrar en la capilla ardiente, algunos desde una hora antes de su apertura al público. Junto al féretro también llegó la familia del artista, entre los que se encontraban su mujer, Anita Marx, y su sobrino y representante, Gabriel García. Los familiares fueron recibidos por el alcalde de Benidorm, Agustín Navarro, y una buena parte de los miembros de la corporación municipal.

Ya en el interior de la capilla ardiente, el Ayuntamiento ha concedido al artista la Medalla de Oro de la ciudad, a la que ha estado vinculado durante cinco décadas, desde que adquiriera su primera vivienda en 1964. Su sobrino y representante ha señalado que, con este gesto, Benidorm le ha otorgado a Manolo Escobar "lo que se merece".