Manuel Posadillo Cantabrana (Córdoba, 1946-2002) fue un artista multidisciplinar --hasta dedicó su tiempo a la poesía y a la música--, que descolló en las artes plásticas, como pintor, ilustrador, decorador y ceramista, y que prestó una especial atención al mundo taurino, dedicando una serie pictórica a retratos de toreros cordobeses, desde Manolete hasta Finito de Córdoba, y a escenas y personajes de la lidia. Diez años después de su fallecimiento, el restaurante La Fragua ha recogido una idea del hijo del artista, idea que anoche mismo quedó plasmada con la inauguración de una exposición permanente que se ubica en el propio restaurante --una casa originaria del siglo XVI y restaurada en la Judería-- y que se ha titulado Pasión por el toro .

"Posadillo era amigo nuestro, nos unía una gran amistad y también con su hijo, que quería hacer una exposición de su obra", relata Miguel Eguidazu Jordano, jefe de cocina de La Fragua y socio del propietario de este establecimiento, José Navarro, en el restaurante Paca & Tola, situado en Bruselas, y cuyo éxito supone un continuo ir y venir para estos empresarios.

Comentaba ayer Eguidazu antes de la inauguración que se escogió la noche de ayer por tratarse de un día en plena Feria de Mayo, pero en el que no había festejo taurino en Los Califas, lo que permitiría contar con una amplia representación de instituciones, cantaores, representantes de la escuela taurina, toreros, ganaderos y artistas cordobeses, con los que deseaban compartir ese momento, y que se fueron incorporando a la fiesta. El objetivo era hacer un homenaje a Manuel Posadillo. Tras el fallecimiento del artista, "fuera de Córdoba está cada vez más cotizada su obra, y queríamos darle promoción en su tierra, en esta ocasión en relación con las fiestas de mayo".

Para el restaurante La Fragua, el acontecimiento cultural se inserta en su objetivo de "reivindicar una hostelería de calidad, cercana a la vez y con un toque especial". Eguidazu, cuya pasión es la cocina y que se instaló en Córdoba tras un largo periodo formativo fuera de las fronteras, comparte con el propietario de La Fragua, José Navarro, su pasión por la hostelería y por las bellezas de Córdoba. por eso a La Fragua "le dimos hace años un giro gastronómico"