El Salón Liceo del Círculo de la Amistad fue ayer escenario de la presentación de la última entrega literaria del prolífico periodista y escritor cordobés Julio Merino, titulada El Príncipe Republicano . Se trata de un inclasificable texto entre el ensayo político y la ciencia-ficción que, lleno de humor e ironía que lo hacen una lectura amena, juega con la hipótesis de que el propio Felipe de Borbón, a la hora de acceder al trono como Felipe VI, se erigiera en el principal "cuestionador de la Monarquía", tal como definió ayer Julio Anguita a este heredero de la Corona salido de la imaginación de Merino.

Fue precisamente el excoordinador de IU, defensor a ultranza de la 3 República, quien corrió con el mayor peso del acto de presentación, que contó entre el público con la presencia del subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, y el alcalde de Nueva Carteya, Vicente Tapia. "Va siendo hora de que el pueblo enjuicie con mesura las instituciones, y en este sentido el libro se mueve en parámetros de relatividad", dijo de una obra que "prende por el ritmo y los acontecimientos, comparto bastante sus reflexiones", afirmó Anguita, personaje él mismo del libro como otros muchos de la actualidad política.

Entre ellos otro copresentador, el periodista de investigación Juan Luis Galiacho, quien, tras recordar que "son muchos los libros que Merino ha escrito sobre la Casa Real", elogió "la contrastación de datos de esta obra de lectura fácil escrita --comentó-- con humor terrible y total libertad de expresión por la máquina de ideas que es su autor".

De trazar el perfil personal del mismo se encargó Antonio Pérez Oteros, amigo y paisano de Nueva Carteya --pueblo natal de Merino aunque ha desarrollado casi toda su carrera en Madrid--, quien no dudó en calificarlo de "Quijote y soñador fiel a sus ideas". Finalmente el autor, a quien también acompañaron la escritora María del Pino y el gerente del Círculo, Rubén Márquez, se declaró "un republicano convencido" que cree que "sólo los pueblos tienen el poder de decidir su futuro".

Merino explicó que a la hora de escribir El Príncipe Republicano partió de la pregunta "¿Y después del Rey don Juan Carlos I, qué?". Y entre los futuribles se queda con "el pueblo, que sólo puede hablar en las urnas". En desarrollar esta tesis se emplea a fondo en este juego, según Anguita, "de mirada penetrante y un poquito de mala uva".