´EL CALENTITO´

Dirección: Chus Gutiérrez. Intérpretes: Verónica Sánchez, Macarena Gómez, Nuria González, Lluvia Rojo, Juan Sanz, Ruth Díaz.

Guión: Chus Gutiérrez y Juan Carlos Rubio.

Fotografía: Kiko de la Rica.

Música: Tao Gutiérrez.

Producción: Tomás Cimadevilla.

Nacionalidad: España.

Salas: Cinesur El Tablero, Multicines Guadalquivir.

La década de los ochenta se iniciaba en España con la famosa frase de "¡Se sienten, coño!". Partiendo de esa idea la cineasta Chus Gutiérrez narra una historia nostálgica en la que le da un repaso a la época de la movida con un tono fresco y divertido, donde se pueden percibir los ecos autobiográficos. El tema abordado por Gutiérrez (directora de filmes como Insomnio, Alma gitana, Poniente ) es difícil porque era demasiado fácil caer en el tópico, en la anécdota gratuita, en el lacrimógeno toque nostálgico a lo Cuéntame televisivo. Lo más televisivo de Chus Gutiérrez es el empleo de algunos actores de la pequeña pantalla, que sirven, por cierto, para hacer más familiar la historia, sobre todo a los menores de cuarenta años, a los que no la vivieron.

El filme se inicia con la aventura de una chica, Sara (Verónica Sánchez), de familia convencional -incluido hermano fascista- que quiere dejar de ser virgen, y otras (Macarena Gómez, Ruth Díaz y Lluvia Rojo) que están empeñadas en grabar su primer disco como grupo musical. Ellas son conscientes de que no tienen buenas voces, pero quieren dar el salto. Curiosamente el ejecutivo de la casa discográfica (Antonio Dechent) quiere escucharlas en vivo antes de firmar el contrato el día 23 de febrero, la noche del golpe de Tejero. Antes de la trágica jornada que cambió definitivamente la historia de España por la respuesta unánime de los ciudadanos y sepultó los ecos golpistas definitivamente, Sara conoce a estas chicas y una serie de circunstancias acaban incluyéndola en el grupo. El Calentito es un garito regentado por un transexual (Nuria González) padre de un adolescente (Nilo Mur), donde actúan estas jóvenes dispuestas a cambiar su mundo.

La película conjura desde el tema de la transición política, donde perviven los miedos a la policía, hasta ofrecer un vivo retrato de la movida madrileña, que Gutiérrez vivió de primera mano cuando en los años ochenta era miembro del grupo musical Las Xoxonees. Utiliza imágenes televisivas del intento de golpe, así como el discurso del Rey, que le dan un toque realista a la sicodelia que aporta la espléndida música de Tao Gutiérrez y a los efectos lumínicos y de vestuario. Aprovecha la cineasta para hacerle un homenaje a Pedro Almodóvar, que canta, así como a McNamara.

Lo más importante de este filme es el resultado. El tema podría haber dado lugar a una historia normal, manoseada. Y sin embargo, la cinta está llena de guiños, de frescura, de humor amargo, donde se habla de transgresión, de inconformismo, de hilaridad. El papel de los actores y actrices es excepcional. Redescubrimos a la cordobesa Macarena Gómez, que deja en algunos momentos de ser una actriz de reparto (así las llaman los americanos) para convertirse en la verdadera protagonista del filme, con su estética punk llevada a sus últimas consecuencias. Esta actriz tiene una fuerza y una mirada providenciales y me atrevería a decir que sin ella el resultado del filme habría sido otro.

Chus Gutiérrez ha dado un salto importante en su carrera haciendo una buena película, donde hay que aplaudir el vestuario, el maquillaje, la ambientación y la atmósfera conseguida con unas veladuras que llenan de encanto esta mirada a los 80.