´ABRE EL OJO´

COMPAÑIA: Teatro Par

DIRECCION: Antonio Barrios

LUGAR Posada del Potro

DIAS: Viernes, 23 y sábado,

24 de julio

Abre el ojo es una comedia del dramaturgo barroco Francisco de Rojas Zorrilla, correspondiente a la primera mitad del siglo XVII y uno de los principales representantes del enredo de capa y espada, con la aportación del tipo de comedia "de figurón", es decir, personaje especialmente satirizado por el autor por su presunción, vanidad u otras "cualidades".

La comedia ha sido representada por la joven compañía cordobesa Teatro Par , integrada por licenciados de la Escuela de Arte Dramático y dirigida por uno de sus históricos profesores, Antonio Barrios. La función se estrenó en febrero en Montilla y ahora se ve por vez primera en Córdoba, adaptada al espacio arquitectónico del Potro.

La obra se inscribe en el interesante ciclo Teatro de los Patios, que patrocina el Consorcio de Turismo de Córdoba. Ello explica que se haya elegido para las representaciones un lugar característico del patrimonio histórico y artístico de la ciudad, como la Posada del Potro, convertido en pequeño corral de comedias.

El texto presenta los enredos amorosos de Don Clemente con varias damas; son relaciones complicadas con la presencia de otros pretendientes, en las que no faltan los correveidiles de los criados, ni el consabido duelo a espada en el nudo de la acción. Hasta aquí lo típico de este modo de comedia. Lo virtuoso es la agilidad, la desenvoltura con que Rojas Zorrilla trama los acontecimientos, dignos del mejor vodevil. Pero no sólo es eso, además define unos caracteres variados, frescos y vivaces que deleitan en la continua oposición de sus intereses a lo largo de la acción.

Todo ello ha sabido plasmarlo la compañía Teatro Par dando ritmo y soltura a la puesta en escena. Los actores ofrecen con relieve las peculiaridades de carácter de sus personajes, sin olvidar la emoción en la musicalidad del divertido verso de la obra. Hay buenos actores y actrices en la compañía, de larga trayectoria algunos, que hablan de las potencialidades del teatro más próximo a nuestro entorno. La puesta en escena de Antonio Barrios ha sabido adaptar la representación a la Posada del Potro, consiguiendo que la obra se ajuste a este espacio como el guante a la mano. Objetar que la música incidental recuerda más al XVIII que a las medianerías del XVII, no así la danza final. También apuntar ciertas dudas a la caracterización física de los personajes, en maquillaje y peluquería, que admitiría más elaboración, sobre todo, en contraste con el cuidado vestuario. Las dos representaciones ofrecidas fueron a lleno completo. Asistí a la del sábado y, a pesar del incómodo calor, el público permaneció atento y receptivo. Fue una representación que mostró una vez más las posibilidades de la Posada como espacio escénico para ciertos espectáculos.