NI SOMBRA DE LO QUE FUIMOS

Compañía: La Zaranda.

Dirección y espacio escénico: Paco de La Zaranda.

Intérpretes: Gaspar Campuzano, Enrique Bustos, Francisco Sánchez, Fernando Hernández y Carmen Sampalo.

Textos e iluminación: Eusebio Calonge.

Lugar: Gran Teatro de Córdoba.

Día: Viernes, 7 de febrero.

Ni sombra de lo que fuimos es una parábola sobre el paso del tiempo y la erosión que produce en los seres humanos. Un paso del tiempo presentado como factor de decadencia más que como acumulación de experiencias, en la línea del finis gloriae mundi de Valdés Leal. Los personajes son seres estancados en la monotonía, personajes arquetípicos representados por los actores desde un formato expresionista, alejado del natural. La dirección cuida las composiciones, algunas de ellas casi de grupo escultórico, hermosas en ocasiones y con un plástico tratamiento de la luz, pero la dirección ha aplicado a la obra un ritmo lento, monótono, acentuado por las reiteraciones del texto.

La falta de naturalismo en la interpretación hace que los actores estén más atentos hacia la forma expresionista de su trabajo que hacia el texto, habiendo un mayor interés por formalizar una manera de hablar que por traslucir un contenido. Respecto al texto, es un texto deshilachado, impreciso, como abocetado, fruto de la tendencia del grupo a la creación colectiva, lo cual resta a la palabra rigor. Los actores hablan como son, gaditanos, y hacen muy bien, se les entiende todo. Pero la obra, con un texto más elaborado, un ritmo más contrastado y un uso más restringido del recurso a la reiteración, ganaría aliciente. La estructura de la función, una sucesión de escenas sobre el mismo tema, desde puntos de vista poco variados, no contribuye al interés del espectador. Es una compañía con posibilidades, pero que podría explorar otras vías de expresión. Hubo público raro: sonó un móvil impertinente en mitad de la función, cuya propietaria, más impertinente, respondió animadamente a la llamada hasta que le llamaron la atención. Un abucheo para los móviles en el teatro.