Directora de la Cátedra de Estudios de las Mujeres Leonor de Guzmán, doctora en Teoría de la Literatura, profesora de Didáctica de la Lengua y la Literatura en la Universidad de Córdoba, investigadora y crítica literaria, María Rosal atesora una amplia y laureada trayectoria poética avalada por títulos como Tregua (Premio Ricardo Molina-Ciudad de Córdoba, 2001), Otra vez Bartleby (Premio Andalucía de la Crítica, 2003) o Carmín rojo sangre (Premio José Hierro, 2015), por citar los más significativos. Ha escrito tres libros de literatura infantil: Conjuros y otras brujerías (Premio de poesía infantil El Príncipe Preguntón, 2007), Malapata III y la máquina del tiempo (teatro, 2019) y, ahora, El secreto de las patatas fritas (novela), publicado por la editorial Edebé en su colección Tucán para mayores de 10 años. El secreto de las patatas fritas es un libro ingenioso, ágil, imaginativo, actual, disparatado, crítico e irónico que se lee de un tirón y nos lleva de la carcajada más salvaje a la reflexión más profunda. Un libro de literatura infantil muy apto para adultos. Léanlo. Ya verán.

-Vaya aventura. ¿Cómo surgió ‘El secreto de las patatas fritas’?

-Tiene mucho que ver con mis hijos y sus aficiones cuando eran adolescentes. Les encantaba comer y jugar con la videoconsola. Isaac es un chico que disfruta comiendo y un día se encuentra un dedo humano en su bolsa de patatas fritas. Creo que también está muy presente Gianni Rodari y mi admiración hacia sus técnicas creativas. En este caso la hipótesis fantástica estaría en la raíz de esta bolsa de patatas fritas: qué pasaría si un niño encuentra un día un dedo en una bolsa de patatas fritas. A partir de ahí se desarrollan una serie de acciones muy locas en las que se verá implicada toda la familia.

-¿Por qué escribe literatura infantil?

-Me gusta la literatura infantil. Forma parte de mi vida como lectora y como profesora. Desde hace años imparto la asignatura de Literatura Infantil en la facultad de Educación en la Universidad de Córdoba y trato de transmitir a mis estudiantes el placer de la lectura para que también puedan transmitirlo a su alumnado.

-¿Qué debe tener un buen libro de literatura infantil?

-Lo mismo que se le exige a un buen libro de literatura para adultos: una historia coherente, profundidad de los personajes, riqueza léxica, que provoque interés desde la primera página y que no baje el tono ni el ritmo. Quien escribe para la infancia debe dar lo mejor de sí.

-¿Cuál es el papel de la literatura infantil en la educación de nuestros hijos?

-La literatura infantil proporciona una vía de acceso a la representación de la realidad, lo que sirve para acceder al imaginario colectivo y para favorecer el proceso de socialización. Es además un preciado instrumento para la construcción de personas adultas lectoras.

-¿Cómo debemos entender la literatura infantil: como formadora en valores, como puro entretenimiento o como una obra literaria seria, apta para cualquier lector, cuyos protagonistas son los niños?

-La primera obligación de la literatura infantil es la calidad estética. Además, toda obra transmite valores, tan necesarios para la formación de las personas. Pero lo primero es la calidad literaria. En esta obra aparece el valor de la familia, la aceptación de la diversidad, la capacidad de emprendimiento y la absoluta necesidad de promover una alimentación sana que no destruya el planeta.

-El humor está muy presente en toda su obra, pero en ‘El secreto de las patatas fritas’ adquiere un protagonismo especial. En la manera de contar, en la de afrontar las situaciones. ¿Qué es para usted el humor como recurso literario?

-El humor es necesario en la literatura y en la vida. A través del humor se desdramatiza una situación conflictiva como es que un dedo humano aparezca en una bolsa de patatas. También nos sirve para parodiar situaciones de la vida cotidiana como la telebasura.

-¿Nos estamos volviendo locos? Hay que ver la situación que genera la pequeña broma de un padre a su hijo glotón. ¿Se nos está yendo el mundo de las manos con tanta globalización? Como materia literaria, desde luego, es inagotable.

-Yo creo que un poco locos sí estamos, si atendemos a las cosas que pasan en el mundo y que la globalización permite que conozcamos inmediatamente. Lo que le pasa a Isaac, el protagonista, es que se le escapa de las manos la extraña situación en la que se ve envuelto y todos los de su alrededor participarán en unos acontecimientos muy divertidos como consecuencia de la aparición del dedo.

-Qué personaje Isaac Peral, un niño adicto a la comida, como hemos visto, que afronta con un gran sentido del humor la escritura de su aventura soñando con que Neflix haga una serie sobre ella; un niño loco, loco con una imaginación desbordante y, encima, hijo de un inventor, con lo que ello implica.

-Isaac Peral me sigue divirtiendo. Su imaginación es enorme y disparatada. Y sobre todo la abuela es un personaje muy significativo. Representa a las mujeres de los pueblos, a su capacidad para inventar negocios para sacar adelante a la familia. Quienes han leído la novela me dicen que la abuela es uno de sus personajes preferidos.

-Leer requiere un esfuerzo, tiempo, interés, ¿cree que la televisión y las redes sociales, de más fácil acceso, de menos dificultad intelectual, pueden acabar con la literatura algún día o reducirla a un nivel testimonial?

-Vivimos tiempos extraños, pero no debemos olvidar la responsabilidad que tenemos como mediadores de la lectura. Tanto las familias, como la escuela, los bibliotecarios, los periodistas, tienen una gran capacidad de influencia en favor de la animación lectora. Este es un libro para lectores preadolescentes, pero también para adultos cómplices con la crítica social que encierra. Las prisas no nos permiten disfrutar de placeres como el de sentarnos junto a nuestros hijos a leer un libro con ellos, comentarlo y dibujar sus personajes. Por mi parte, trato de mostrar a mis estudiantes de la facultad de Educación, futuros maestros y maestras, la importancia de su papel en la formación de personas lectoras desde la infancia. Es ahí donde la literatura infantil de calidad adquiere gran relevancia.

-¿Qué está escribiendo actualmente?

-Compatibilizo la escritura de novela con la de poesía, aunque ahora estoy centrada en un ensayo sobre poesía contemporánea escrita por mujeres.