TRADICIÓN

La Sentencia Romana a Jesús abre las puertas de la Semana Santa de Montilla

Jorge Rodríguez-Zapata dicta el fallo ante la imagen del Ecce Homo, obra de Juan de Mesa ‘El Mozo’ | El notario asturiano Manuel Gerardo Tarrío actúa como maestro de ceremonias en el inicio del acto

Sentencia romana a Jesús en Montilla, este sábado.

Sentencia romana a Jesús en Montilla, este sábado. / José Antonio Aguilar

Juan Pablo Bellido

Juan Pablo Bellido

Jorge Rodríguez-Zapata, presidente de la sección de Derecho de la Real Academia de Doctores de España y presidente de la Sala Tercera del Tribunal Supremo hasta su jubilación a finales de 2020, se ha convertido este sábado en el protagonista de la Sentencia a Jesús, uno de los actos más singulares de la Cuaresma cordobesa que promueve, desde hace veintinueve años, la Centuria Romana Munda.

Con un discurso plagado de referencias a las Sagradas Escrituras, el sentenciador romano ha desgranado los detalles del proceso judicial que llevó a Jesús a morir en la cruz, ante una nutrida representación de representantes del Derecho y de la Judicatura de toda España, que han abarrotado el salón San Juan de Dios junto a autoridades y representantes de colectivos.

Tras agradecer su designación como sentenciador a su predecesor en estas lides, el notario asturiano Manuel Gerardo Tarrío, Jorge Rodríguez-Zapata ha apuntado que «antes de dictar sentencia, el primer planteamiento que se formula siempre en cualquier proceso es el examen de si el sentenciador que la dicta tiene, o no, jurisdicción y competencia».

Al respecto, Rodríguez-Zapata ha defendido que «la potestad de condenar a Jesús a la pena romana de muerte en la cruz no le correspondía a Poncio Pilato, ni al Sanedrín» porque, a su juicio, «pertenece a un poder que se encuentra en el misterio de la sabiduría de Dios desde el principio de los tiempos».

«La Sentencia Romana de Montilla es una catequesis evangélica pascual que nos convoca a contemplar la cruz de Cristo», ha defendido Jorge Rodríguez-Zapata, quien ha hecho hincapié en que este acto se suele confiar a personas que proceden del mundo del Derecho, dado que, «además de la teología, de la mística y del arte, hay una perspectiva jurídica en el drama histórico de la condena de Jesús de Nazaret a morir en la cruz». En ese sentido, ha apuntado que «la rememoramos porque el acontecimiento más importante de la historia de la humanidad dependió de un proceso judicial».

Sentencia romana a Jesús en Montilla, este sábado.

Sentencia romana a Jesús en Montilla, este sábado. / José Antonio Aguilar

Después de aludir a grandes procesos judiciales de la historia, como los de Sócrates, el rey Carlos I de Inglaterra, la reina María de Escocia o el de Luis XVI de Francia, el sentenciador ha defendido que «fueron el resultado de juicios políticos o de juicios revolucionarios, que tuvieron gran impacto en su época», si bien «ninguno, ni siquiera todos ellos juntos, tuvieron la trascendencia de la condena a muerte de Jesús».

Para Jorge Rodríguez-Zapata, «la pasión y muerte de Jesucristo, nuestro Señor, fue el resultado de un proceso criminal, en el que confluyeron dos de las jurisprudencias más avanzadas de su época: la hebrea y la romana», de ahí que dedicara una parte importante de su intervención a analizar el contexto histórico del proceso.

'Soldado' romano durante el acto cofrade.

'Soldado' romano durante el acto cofrade. / José Antonio Aguilar

Después de repasar de manera pormenorizada la actuación de Poncio Pilato, quinto prefecto de la provincia romana de Judea y responsable ejecutivo de la condena a muerte de Jesús, así como el papel protagonista que desempeñaron Caifás y Judas Iscariote, Rodríguez-Zapata ha sido escoltado por los integrantes de la Centuria Romana Munda hasta la parroquia de Santiago Apóstol, donde se ha reproducido el Pretorio romano para ritualizar el final del acto.

«Te condeno, Señor, y rezo para que se cumpla hasta el fin de los tiempos la tercera petición del Padrenuestro que tú nos enseñaste: ¡Hágase tu voluntad, así en el tierra como en el cielo!», ha proclamado el sentenciador romano ante la centenaria talla del Ecce Homo, que modeló Juan de Mesa El Mozo a finales del siglo XVI.