En Córdoba, el piragüismo es un disciplina deportiva minoritaria a pesar de ser la provincia andaluza con más embalses. Según comenta el presidente del Club de Piragüismo Córdoba, José Luis Arranz, aunque no dispone de datos, «en toda la provincia debe haber poco más de un centenar de licencias federativas, aunque hay algunos piragüistas más sin licencia ni pertenencia a ningún club, que realizan travesías más ocasionales». Una filiación a este deporte de un modo oficial que se puede considerar baja, pero con muchas posibilidades de ir incrementando a medida que los cordobeses conozcan la importante oferta que esta provincia presenta, no sólo para los interesados en conocer la riqueza paisajística desde sus aguas o practicar deporte, sino del disfrute controlado de lo que se viene a llamar deporte de riesgo o de aventura, que también Córdoba dispone de escenarios adaptados.

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Disfruta del Río a golpe de remo MANUEL MURILLO

Las zonas navegables

Cada año, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir elabora un listado de las zonas navegables pero, a día de hoy, el que hay, según los practicantes de estas modalidades deportivas acuáticas, está «muy desactualizado», y de los apenas diez embalses que recoge, hay que eliminar un par de ellos más donde está prohibido por distintos motivos.

En toda la provincia se dispone de varios ríos o pantanos donde se puede realizar este deporte y otras actividades acuáticas pero con algunas limitaciones, como, por ejemplo, en los dos grandes pantanos de Iznájar y La Breña, en los que hay importantes limitaciones a consecuencia de la presencia del mejillón cebra. Donde hay menos problemas es en los embalses medianos como el Puente Nuevo, San Rafael de Navallana, Yeguas, Vadomojón, Arenoso y Sierra Boyera. «En estos casos, la dificultad se encuentra en el acceso a la lámina de agua y más aún cuando desciende el volumen de agua embalsada y hay que circular en coche por lugares sin caminos y/o portear las embarcaciones a través de grandes trayectos», afirma Arranz.

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, además, no distingue entre kayaks y el resto de embarcaciones por lo que esto no favorece a la práctica del piragüismo. José Luis destaca que, aunque el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) no ejerce un control excesivo hacia los piragüistas, «hace tiempo que venimos reclamando una normativa específica para esta disciplina deportiva, que no es molesta ni invasiva ni contaminante, como ocurre en otras cuencas».

Piuragüistas desafían las corrientes en Montoro.

Muelles en la provincia

A pesar del poco interés de esta disciplina, el Ayuntamiento de El Viso y nueve consistorios cordobeses más han instalado pequeños muelles o pantalanes para promover la navegación, tres en pantanos: Almodóvar del Río (embalse de La Breña, de uso privado), Iznájar (embalse de Iznájar, de uso privado) y Hornachuelos (embalse de Bembézar, de uso privado). Y tres en el Guadalquivir: Algallarín, Pedro Abad y Córdoba. También existe un pantalán flotante en Palma del Río (río Genil), se conserva una zona de embarque en Villafranca (río Guadalquivir) y hay un proyecto del ayuntamiento de Montoro en el embalse del Arenoso.

En la provincia, encontramos cuatro clubes de piragüismo: el Club de Piragüismo Córdoba, el Club Náutico de Belmez, el Club Viento Sur (Palma del Río) y la Peña Ka-Equis (Puente Genil). «Además de esta categoría de deportistas, hay otros muchos piragüistas ocasionales, personas que alquilan una embarcación para realizar una travesía o que participan en las actividades de turismo activo», añade José Luis Arranz.

Las personas que quieran alquilar kayaks y navegar, pueden hacerlo en La Breña, Iznájar, Hornachuelos y Villafranca. Además, hay varias empresas que organizan excursiones en piragua como Alúa (Iznájar), Benamejí Rafting (Benamejí), Guadalquivir Activo (Villafranca), Karma Turismo Activo (Benamejí), Quivirocio (Montoro), TNT Aventura (en Villafranca) o SaltaRíos (de Granada, pero trabajan en Benamejí). Esto hace que en los diferentes embalses se pueda encontrar una variedad de gente y la práctica de alternativas de navegación que van más allá del piragüismo, como el rafting en aguas bravas. Se pueden programar excursiones para la práctica de este arriesgado pero a la vez divertido desafío a la corriente de agua desde distintas empresas de la misma Córdoba capital especializadas en deporte-aventura; el río Genil a su paso por Benamejí y El Tejar ofrece varias tarifas de tramos, estancias y combinados con estancias nocturnas para mayores y niños, algunas conectan Benamejí con la cercana Palenciana. Son varias las empresas que han crecido en la zona Sur de la provincia, más en Benamejí, en torno a esta actividad, que se pueden localizar fácil en internet.

Los más concurridos

«Los embalses donde hay más piragüistas son aquellos donde se puede alquilar un kayak o donde hay un club, además de en San Rafael de Navallana por la cercanía a la capital. Lo más habitual es encontrar palistas en Iznájar, La Breña, Bembézar, Sierra Boyera y Navallana, aunque siempre en grupos reducidos», añade el presidente del Club de Piragüismo Córdoba.

Piragüistas durante un recorrido por el Alto Guadalquivir

Debido al desconocimiento que aún hay en Córdoba para la práctica de este deporte y de la multitud de espacios en los que se puede llevar a cabo, desde el Club de Piragüismo Córdoba, el único en activo en la capital y uno de los más importantes de la provincia, «organizamos actividades para los miembros del club y, además, jornadas de iniciación y de fomento del piragüismo abiertas al público en general» señala Arranz. La última jornada de iniciación al piragüismo se realizó el pasado 25 de abril con el objetivo de ofrecer a los interesados una primera toma de contacto con este deporte e invitarles a conocer y a incorporarse al club. La jornada se desarrolló en el IDM Centro Náutico, en el Balcón del Guadalquivir, y empezaron con una breve charla teórica introductoria y con las primeras prácticas en seco. Después, todos sus participantes pudieron disfrutar de una travesía en K1, guiada por los técnicos del club, por el tramo del Guadalquivir comprendido entre el Puente Romano y el puente de la autovía. Además, el club puso a disposición de los participantes el material necesario, tanto de navegación (embarcaciones y palas) como de seguridad (chalecos salvavidas), así como las instalaciones de la IDM Centro Náutico (vestuarios y aseos), lo que facilita aún más la integración a este deporte ya que alivia al principiante el ineludible coste del material.

Y por el Puente Romano

Es muy significativo cuando llega la fiesta local de la capital de la Virgen de la Fuensanta, el 8 de septiembre (para la que ya se encuentra en la cuenta atrás) ver a un reguero de piragüistas en el tramo más urbano del río Guadalquivir. Ese día, las pequeñas embarcaciones toman los alrededores de espacios tan icónicos de Córdoba y su gran río como es el Puente Romano y el amplio tramo de la Ribera, en lo que se ha venido a llamar como la Ruta del Caimán (en los últimos años, incluso una recreación del mitológico animal acompaña durante la actividad a los piragüistas). La participación es abierta y son muchos los cordobeses que se inscriben para disfrutar de esta experiencia única para gran perte de ellos, con una panorámica de Córdoba distinta; esta vez no se ve el Guadalquivir desde Córdoba, sino Córdoba desde el Guadalquivir.

De momento, el calendario de actividades del club para la próxima temporada es una incógnita aún, lo que sí avanza es que «para el próximo año, que celebraremos el 30 aniversario, estamos preparando un amplio programa que incluye una escuela de kayak y distintas iniciativas para promover la práctica de nuestro deporte. Estamos dándole forma y preparando la infraestructura necesaria» afirma José Luis Arranz.