Cañete de las Torres es el primer municipio español que trabaja para convertirse en una Villa Botánica, una suerte de jardín botánico desplegado en sus calles y plazas que persigue aplicar una política medioambiental que facilite una economía circular donde el turismo familiar genere una nueva fuente de riqueza.

Su alcalde, Félix Romero, del PP, tiene claro que el resultado final del proceso en el que lleva años trabajando es que el municipio tenga en cada calle "una planta, una floración, una vegetación totalmente diferente con el objetivo de poder recorrer sus calles y sus plazas viendo especies autóctonas mediterráneas, típicas de esta zona de la Campiña de Córdoba, pero también especies alóctonas que no son comunes, incluso algunas de ellas en peligro de extinción".

Es, según señala a Efe, el concepto de desplegar un jardín botánico que haga posible recorrer el entramado urbano de Cañete de las Torres, una población de 2.923 habitantes a caballo entre Córdoba, de la que dista 51 kilómetros, y Jaén, de la que está a 74, y que "siempre será diferente" porque "no será igual venir en otoño que venir en primavera, lo que nos está asegurando, y ese es el objetivo, un turismo no estacional".

Para su desarrollo, con el que cuenta con el apoyo de la Diputación y la Universidad de Córdoba, el Ayuntamiento ha dispuesto una plantilla estable de jardineros y una paisajista y convoca, junto a la institución provincial, un concurso para implantar una zona del municipio una creación.

Villa Botánica, que Cañete de las Torres tiene registrado en la Oficina Española de Patentes y Marcas, comenzó con una actuación urbanística hace más hace seis años. "No había ninguna pretensión, no es algo que ideas y dices que lo vas a llevar a la práctica, sino que se va configurando con una serie de circunstancias", recuerda Romero.

Un concepto verde y circular de Cañete de las Torres para una nueva economía. RAFA ALCAIDE

Los vecinos de la zona del Huerto del Francés, "un barrio muy humilde al que durante muchos años no se le había prestado una especial atención", apostilla, le plantearon una serie de carencias urbanísticas y de esa reunión, aparte del compromiso de la resolución de la situación, le sirvió para tomar conciencia "de algo que conocía, que era cómo era aquel barrio antiguamente".

"Me resultaron muy curiosas las anécdotas que me contaban, les pedí fotos que tuvieran de cuando eran pequeños, de sus abuelos, y empecé a hacer una especie de recopilación", algo que acabó con la recuperación de "parte del aspecto tradicional", señala.

Esto sirvió para que los vecinos volviesen "a sentirse orgullosos de su barrio y, aparte de ser un atractivo porque la gente del pueblo empezó a ir para ver cómo había quedado, reforzaba los lazos de unión" entre los cañeteros.

Ese fue el punto de arranque de la idea de "crear un modelo, no al cien por cien, pero de extrapolar, si está gustando tanto, al resto de ubicaciones, que unimos a otra cuestión, que es potenciar todo lo medioambiental, todo lo respetuoso con el medio ambiente, con el empleo verde y la economía circular".

Y el resultado no dejó de sorprender, porque los estudios de conocimiento sobre el municipio indicaron, según afirma Félix Romero, "cómo el barrio del Huerto del Francés es mucho más conocido que la Iglesia de la Asunción, que el Castillo o que cualquier tipo de elemento cultural o patrimonial del pueblo".

A partir de ahí se abrió la colaboración con la Universidad de Córdoba, pendiente de concretar ahora con la Red Española de Aerobiología que pivota sobre la institución académica, para colocar medidores de la calidad de aire que constaten otro de los objetivos del alcalde, que no es otro que "el resultado de todo esto es que aquí se viva mejor", que el aire que se respire en Cañete de las Torres sea mejor que en otros lugares.

Por eso se rehúsa acudir a la típica plantación o siembra que busca generar sombras para bajar temperaturas en verano y, de paso, absorber CO2 y se avanza hacia que "con el paso del tiempo las calles conservarán sus nombres, pero aquella será la calle de las palmeras, aquella será la calle de los ciruelos japoneses” y así sucesivamente.

Félix Romero sabe que la transformación de Cañete de las Torres en Villa Botánica es un proceso largo, pero que los resultados se van viendo. "Estás en el día a día y lo ves mínimamente, pero cuando hay alguien que lleva sin venir un tiempo nota perfectamente ese cambio, mejor que el vecino que está aquí", sentencia.

Quizás para recordarlo desde hace cuatro años, aunque con tres ediciones por el parón del confinamiento, el Ayuntamiento convoca el Festival de las Flores 'Calles en Flor' en el que ya en la pasada edición se describieron seis rutas, cinco de ellas para intervenciones efímeras y una para mostrar los seis emplazamientos de la Villa Botánica que se está conformando en el municipio, un proyecto de ciudad.