Baena rindió ayer homenaje a uno de sus más importantes ciudadanos, Joaquín del Pino y Rozas, VIII virrey del Río de la Plata, con la inauguración de un monumento en la plaza de España, además de darle su nombre a la antigua calle Duque de Rivas.

El grupo escultórico es obra del artista Santiago de Santiago y ha sido donado por Rafael del Pino y Moreno, descendiente del virrey.

Antes, se realizó en el teatro Liceo un acto académico, en el cual el profesor Eduardo Martiré, catedrático de la Universidad de Buenos Aires, recordó en su conferencia a Joaquín del Pino, un "ingeniero militar que gobernó con justicia" en el virreinato del Río de la Plata, que hoy está formado por cinco naciones independientes. "Hoy honramos a un andaluz ejemplar que engrandece el nombre de España en América", dijo.

Además, el alcalde de Baena, Luis Moreno, hizo entrega a Rafael del Pino del nombramiento como hijo adoptivo de Baena. Moreno señaló que era un momento "especial en nuestra historia", porque recuperamos y vinculamos para siempre la figura de Joaquín del Pino con Baena y con su descendencia. Sobre Rafael del Pino, fundador de Ferrovial, destacó "su buen hacer desde el punto de vista empresarial y humano", además de ser "un embajador de nuestros aceites".

Por su parte, Rafael del Pino dijo que se siente ya un baenense y que desde su primera visita a la tierra de su antepasado "me sentí como en casa".

Hasta hace unos años, cuando Manuel Horcas, cronista oficial de Baena, escribió un libro sobre Joaquín del Pino, este importante personaje desde el punto de vista histórico era desconocido en la ciudad que lo vio nacer en 1729. Ayer, el Ayuntamiento buzoneó en toda las casas una pequeña biografía del virrey para darlo a conocer entre todos sus paisanos, parte de los cuales se congregaron anoche en la plaza para inaugurar el monumento.