Los vecinos fueron los artífices del montaje de las primeras cruces de mayo en Córdoba. En un primer momento lo hicieron en las casas-patio que compartían y en las que hacían vida social y, una vez que salieron al exterior, a través de las asociaciones de vecinos. Podría decirse que son los únicos que siempre han estado acompañando a esta fiesta de las cruces de mayo, tanto en los primeros años como cuando el Ayuntamiento decidió en 1953 coger las riendas de esta tradición y convocar el certamen popular.

El vínculo de las asociaciones de vecinos y las cruces de mayo es, por tanto, muy estrecho. Sin embargo, en los últimos años han ido desapareciendo poco a poco del mapa este tipo de colectivos. De hecho, en la edición de 2022, la de la recuperación del certamen tras dos años de pandemia, apenas hay cuatro asociaciones de vecinos propiamente dichas. En concreto, las de Medina de Córdoba, la Huerta del Rey, el Alcázar Viejo y Cañero Nuevo, algunas de ellas además con una trayectoria más que sobresaliente.

Entre las ausencias más destacadas se encuentra la de San José Obrero, que, como subraya su presidente, Manuel García, es una de las que cuenta con un mayor número de primeros premios en el concurso. «Hemos logrado 12 primeros premios, ocho de ellos con el 100% de los puntos».

Pero, ¿por qué cada vez hay menos asociaciones participantes en el Concurso Popular de Cruces de Mayo? García asegura que la «falta de apoyo» es el principal motivo, ya que hay ocasiones en las que «no solo no hay ganancias, sino que tenemos pérdidas». El representante de la histórica cruz de la Asociación de Vecinos San José Obrero lamenta que haya colectivos que «solo tengan una barra y música que nada tiene que ver con lo tradicional».

Las cruces vecinales tienen su raíz en el origen de la fiesta.

Defiende que las asociaciones de vecinos siempre se han caracterizado por no escatimar esfuerzos económicos a la hora de organizar la fiesta, no solo por el exorno del entorno y de la propia cruz, sino también por el completo programa de actividades que desarrollan durante estos días. García alude a los conciertos de copla y grupos rocieros, los espectáculos de las academias de baile y las actividades para niños y mayores como una parte de todo lo que siempre han llevado a cabo.

El montaje de una cruz de mayo representa, en términos de este representante vecinal, un ejemplo de convivencia entre los propios vecinos de la zona donde se ubica esta cruz de mayo. «Ahora queda, como buen ejemplo, el caso de la Asociación Cañero Nuevo», precisa.

En este sentido, hay que recordar que 26 de las 46 cruces de mayo que participan en la edición de este año son hermandades y que el resto se reparten entre diferentes tipos de colectivos, peñas, asociaciones de vecinos y de otra naturaleza.

Las peñas es otro de los colectivos que históricamente ha tenido una gran presencia en la fiesta de las cruces, si bien los orígenes son exclusivos de los patios cordobeses. En el caso de las peñas, fueron las que se sumaron a las ediciones del concurso cuando tomó forma a partir de 1953.

De hecho en su primera edición el cuadro de honor lo formaron precisamente tres peñas de la capital, Los 14 Pollitos, en la calle Montero; Los Abderramanes, en la plaza de la Fuenseca; y Los Cabales, en la plaza de Valdelagrana.