Cambio social

Más cordobesas congelan sus óvulos por el retraso en la edad de ser madre

La sanidad privada permite preservar ovocitos para intentar la gestación cuando la mujer lo estime nEl sistema público permite la vitrificación si un cáncer u otra dolencia ha dañado la función reproductiva

Profesionales del hospital Reina Sofía, con los tanques de nitrógeno donde se preservan los óvulos.

Profesionales del hospital Reina Sofía, con los tanques de nitrógeno donde se preservan los óvulos. / víctor castro

M.J. Raya

M.J. Raya

El retraso en la edad media de la maternidad que se constata año a año tanto en Córdoba como a nivel nacional está teniendo como consecuencia que cada vez haya más mujeres que deciden acudir a un centro privado autorizado para preservar sus óvulos por si deciden implantárselos en una fecha posterior para intentar un embarazo mediante el uso de la reproducción asistida, en concreto de la fecundación in vitro. La sanidad pública no contempla la congelación de óvulos con el fin de ser usados para una posible maternidad futura solo porque la madre desee retrasar el momento de gestar a un hijo.

Por este motivo, para dar respuesta a esta demanda que no cubre el sistema público, han surgido en los últimos años diferentes centros sanitarios privados en Córdoba y en todo el país en los que es posible contratar la vitrificación de los óvulos para su uso posterior con la finalidad de intentar ser madre sola o en pareja, mediante fecundación in vitro.

El sistema sanitario público andaluz permite la congelación de óvulos con finalidad reproductiva futura solo en el caso de que la mujer, por motivo de que haya sufrido un cáncer o que presente otro tipo de patología que haya podido afectar a su función ovárica y reproductiva, esté de acuerdo con preservar sus ovocitos para que le sea practicada una fecundación in vitro cuando su estado de salud se lo permita y así intentar quedarse embarazada. También existiría esta opción para personas transgénero, expone Montserrat de Andrés, especialista en Obstetricia y Ginecología del hospital universitario Reina Sofía, adscrita a la Unidad de Reproducción Asistida.

Pacientes oncológicas

Montserrat de Andrés expone que se estima que aproximadamente un 30% de las mujeres que se encuentran en edad reproductiva y que padecen o han padecido un cáncer no van a poder quedarse embarazadas de la forma tradicional por los efectos secundarios que los tratamientos han podido causarles. En el Reina Sofía hace poco más de una década que se empezaron a congelar los óvulos y desde antes se hacía lo mismo con los embriones. Para obtener dichos óvulos se estimula a la paciente durante 10 o 12 días, se le extraen bajo anestesia dichos ovocitos, la paciente se marcha a casa a las 3 o 4 horas y se procede a la vitrificación a -196 grados de los óvulos que la embrióloga considera óptimos. Si alguna vez la paciente decide ser madre, se puede hacer la fecundación in vitro de uno de sus óvulos con semen de la pareja que ella tenga o de un donante.

52 pacientes en el Reina Sofía se han acogido a la opción de guardar sus óvulos

De Andrés recalca que antes a estas mujeres con cáncer u otras enfermedades que deseaban preservar su fertilidad se las derivaba a Granada, pero desde 2014 la sanidad pública andaluza asignó a todas las unidades de reproducción asistida públicas la posibilidad de congelar los gametos femeninos. Hasta el momento 52 pacientes en el Reina Sofía se han acogido a la posibilidad de preservar sus ovocitos, de las que casi la mitad era por haber padecido un cáncer, destaca esta especialista.

La doctora Montserrat de Andrés, del Reina Sofía.

La doctora Montserrat de Andrés, del Reina Sofía. / CÓRDOBA

El retraso cada vez mayor de la maternidad choca con el diagnóstico de posibles enfermedades que antes no solían aparecer en las edades más tempranas en las que se tenían los hijos, indica esta doctora. A las mujeres que piden preservar su fertilidad por motivos médicos hay que aclararles que el simple hecho de congelar los óvulos no da garantía de un embarazo seguro con posterioridad, porque siempre habrá que tener en cuenta la edad de la madre, la reserva folicular que tenga o si la gestación puede ser de alto riesgo por la unión de factores, como edad, tratamientos que debe tomar la paciente por su enfermedad u otros. Habrá casos, además, en los que a estas mujeres se les haya retirado la menstruación por la patología que presentan, en cuyo caso, para poder ser madres deberían recurrir a la ovodonación (recibir óvulos de donante), opción que sí contempla la sanidad pública para pacientes que tengan que recurrir a reproducción asistida por motivos médicos. En el Reina Sofía dos pacientes que tuvieron cáncer de mama se han beneficiado hasta el momento de la ovodonación.

Pionera

La Clínica BAU fue el primer centro sanitario privado en Córdoba autorizado en 2008 para la vitrificación de ovocitos, recuerda Francisco Lopez Luque-Romero (responsable del laboratorio embriológico de BAU). Francisco López constata el aumento de mujeres que en los últimos años han decidido preservar sus ovocitos para poder intentar ser madres en el futuro y resalta que existe un mayor conocimiento sobre la opción de congelar los óvulos debido a la problemática actual de la infertilidad femenina a partir de los 40 años.

La doctora Elvira Pomares, de iFertility.

La doctora Elvira Pomares, de iFertility. / CÓRDOBA

El perfil más habitual del paciente que opta por la vitrificación de óvulos es una mujer que no tiene la maternidad planificada a corto plazo, que trabaja y que sabe perfectamente que el factor edad tiene un efecto negativo sobre la cantidad y calidad de los óvulos. Por otro lado, también están aquellas mujeres que se ven obligadas a retrasar la maternidad por enfermedad incompatible con un embarazo o por un tratamiento que pueda afectarle a los ovarios.

Entre 2.000 y 2.500 euros

La especialista en Ginecología, Obstetricia y Reproducción Asistida Elvira Pomares, de Ifertility, unidad de reproducción asistida de la clínica IFEM, indica que el coste de congelar los óvulos ronda entre los 2.000 y 2.500 euros, más el gasto de mantenimiento de dicha preservación. Esta experta calcula que en su centro habrán realizado este procedimiento unas 50 ocasiones desde 2020. Según Pomares, la edad más idónea para solicitar la preservación se sitúa entre los 20 y 30 años, pero las que suelen demandarlo en su clínica suelen superar los 35 años. 

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