45 años de la vuelta de la democracia a los municipios

Cuando los ayuntamientos de Córdoba abrieron las ventanas

El 19 de abril de 1979 se constituyeron los primeros ayuntamientos democráticos en España después de la dictadura

Córdoba sería conocida como el Califato Rojo y en la provincia ganó la UCD pero los pactos de izquierdas convirtieron al PSOE en el gran vencedor de los comicios del 3 de marzo

El alcalde Julio Anguita se dirige a los cordobeses tras su investidura el 19 de julio de 1979.

El alcalde Julio Anguita se dirige a los cordobeses tras su investidura el 19 de julio de 1979. / RICARDO

Irina Marzo

Irina Marzo

En apenas 35 minutos se liquidó el que quizá ha sido uno de los plenos constituyentes más decisivos de los celebrados en Córdoba en los últimos 45 años. Con aquella sesión celebrada a las 11 horas en el Ayuntamiento de Córdoba --entonces aún en la calle Pedro López, hoy sede de la Delegación de Cultura de la Junta-- el 19 de abril de 1979 se cerraba un capítulo de la Historia de España, la dictadura, mientras la democracia daba pasos decididos en los municipios cordobeses. En el acta de aquella sesión se recoge la designación, por 20 votos a favor y 7 abstenciones (esa misma votación da muestra de que eran, desde luego, otros tiempos), de Julio Anguita como alcalde de Córdoba, el único comunista al frente de una capital de provincia en toda España.

Julio Anguita, durante un pleno en el Ayuntamiento de Córdoba.

Julio Anguita, durante un pleno en el Ayuntamiento de Córdoba. / RICARDO

El socialista Rafael González Barbero, que formaba parte de la mesa de edad en aquella sesión plenaria junto a José Luis Villegas (el concejal del PCE más joven), declaró entonces: «Este acto representa la reanudación de la vida democrática en el Ayuntamiento de Córdoba tras 42 años de no concurrir esta circunstancia, por lo que debemos recordar al alcalde y a los concejales destituidos en 1936». Aquel fue el único guiño que hubo al pasado en un Pleno que hizo historia, pero que aún debía despojarse de muchas rémoras del franquismo (en la capital se presentó a los comicios Fuerza Nueva «los únicos con capacidad de evitar que el marxismo y el capitalismo destruyan el Ayuntamiento como lo han hecho con la clase obrera y la familia», que apenas obtuvo 1.600 votos) y tics de la época (sobra decir que solo en uno de los 75 municipios cordobeses se sentó en el sillón de la alcaldía una mujer: María del Pilar Granados, alcaldesa de Villaharta). 

Después de la constitución del Ayuntamiento, la Corporación local se trasladó al Alcázar de los Reyes Cristianos. Allí, en el Salón de Mosaicos, centenares de personas llegadas de todos los barrios de la ciudad esperaban las primeras palabras de Anguita: «Y ahora, a trabajar», cuenta Francisco Solano Márquez que dijo el alcalde, quien optó por formar un gobierno de concentración con reparto de delegaciones en función de los votos que habían obtenido los partidos (8 PCE, 7 UCD y PSOE y 5 PSA). 

Un cambio profundo

Aquellas primeras elecciones municipales democráticas celebradas en la primavera de 1979 fueron reflejo del cambio profundo que experimentaba entonces el país. Los pueblos de Córdoba pasaron de tener al frente de sus ayuntamientos a la figura del alcalde franquista, el máximo representante del régimen a escala municipal, a alcaldes designados soberanamente por el pueblo que tenían un arduo trabajo por delante.

Anguita con exalcades de Franco, en el Ayuntamiento de Córdoba.

Anguita con exalcades de Franco, en el Ayuntamiento de Córdoba. / RICARDO

«Al llegar al Ayuntamiento de Córdoba nos encontramos con un problema serio heredado de la dictadura, y es que el alcalde Antonio Alarcón, viendo el final del régimen, tomó la decisión de quedarse quieto. Mantengamos los servicios, pero no emprendamos cosas nuevas, dijo. Cuando llegamos nosotros la ventaja fue que no había mucho que deshacer, pero el inconveniente es que había muchísimo que construir. Barrios sin agua, servicios municipales sin material, no teníamos ni sede municipal», recordaba para CÓRDOBA Herminio Trigo, concejal de aquella primera corporación y más tarde alcalde de la ciudad. 

925 concejales en Córdoba

En aquellos comicios celebrados un martes 3 de abril de 1979, la provincia de Córdoba debía elegir a 925 concejales. Estaban llamados a las urnas 512.533 cordobeses, de los que votaron 349.113, mientras que 163.420 se abstuvieron y 2.760 emitieron votos nulos. La catedrática de Ciencias Políticas, Irene Delgado, considera que el porcentaje de participación en las elecciones locales rondó el 62,6% porque fueron «un acontecimiento que no despertó el entusiasmo esperado por las fuerzas políticas, quizá por haberse convocado el mes previo a esta consulta las segundas elecciones legislativas de la etapa democrática». ¿Empacho electoral? 

Varias monjas acuden a votar en las elecciones municipales del 79 en Córdoba.

Varias monjas acuden a votar en las elecciones municipales del 79 en Córdoba. / RICARDO

En el caso de Córdoba, el historiador Antonio Barragán defiende, sin embargo, que no en todos sitios los ciudadanos se quedaron en casas. Defiende el catedrático en Historia Contemporánea que las zonas donde más se votó al PCE tuvieron menos abstencionistas (en Fernán Núñez solo hubo un 16,8% de abstención y en Montalbán, 14%), mientras que en pueblos más cercanos a la derecha la abstención fue mayor (en Espiel, por ejemplo, alcanzó el 47%).  

Una campaña electoral voluntariosa

Y eso a pesar de que los partidos se afanaron en aquella campaña electoral, de escaso presupuesto y mucho voluntarismo, que contó con grandes mítines como el que dio el secretario general del PCE, Santiago Carrillo, en la plaza de la Corredera ante 1.500 personas. También se paseó por ese mismo espacio, casi por sorpresa, el secretario general del PSOE, Felipe González.

La Unión de Centro Democrático (UCD), la gran vencedora de las elecciones generales de marzo gracias al tirón de Adolfo Suárez, fue también la fuerza más votada en la provincia en esas municipales históricas tanto en número de votos, 105.471 votos (el 30,8%), como en número de concejales (330). Fue el partido más votado en 35 municipios, como Villanueva de Córdoba (que hizo alcalde a Manuel Moreno), Cabra (donde finalmente gobernó el socialista Juan Muñoz), Palma del Río (donde entró el socialista Manuel López) o Puente Genil (con el también socialista Manuel García). Sin embargo, debido a los pactos de izquierdas solo logró cerrar 22 alcaldías.

Rafael Sarazá interviene en el primer pleno de la Diputacion bajo la atenta mirada de Rafel Muñoz, 'Lito'..

Rafael Sarazá interviene en el primer pleno de la Diputacion bajo la atenta mirada de Rafel Muñoz, 'Lito'.. / LADIS

Por eso, en realidad, los grandes vencederos de aquellos comicios fueron los socialistas con 91.996 votos (el 26,87%), lo que le valió 258 concejales y alcaldías en 28 municipios como Montoro (Manuel León), Adamuz (Pedro Galán), Belmez (Francisco Ortiz), Fuente Palmera (Antonio Díaz), Pozoblanco (Blas Garrido) o Belalcázar (Emilio Vigara). En Palma del Río se proclamó alcalde Manuel López Maraver, al que esta misma semana el PSOE le ha rendido un emotivo homenaje. 

La tercera fuerza política en la provincia fue el PCE, que obtuvo también la victoria moral en la capital, y que sumó 84.084 votos (el 24,5%), unos 180 concejales. La Campiña y el sur fueron sus grandes conquistas, con victorias históricas en Fernán Nuñez (convirtiendo a José Luna en alcalde), Montilla (José Luque) o Montemayor (con Antonio Galán).  

Diego Romero, a la Diputación

Aquellos resultados colocaron al frente de la Diputación a Diego Romero, abogado de profesión y candidato de UCD por Córdoba, del que la propaganda de aquella campaña electoral decía que era «un hombre forjado en su trabajo, honesto, preparado y sensible a los problemas».

2. Julio Anguita y Diego Romero se saludan en la toma de posesión del segundo al frente de la Diputación.

2. Julio Anguita y Diego Romero se saludan en la toma de posesión del segundo al frente de la Diputación. / LADIS

En la capital, Diego Romero se quedó a un solo concejal de Anguita y en la institución provincial con 15 diputados de UCD (8 del PSOE y 4 del PCA) le tomó el relevo a Manuel Santolalla, que presidió el Palacio de la Merced en los últimos años del Franquismo. El pleno de constitución de la Diputación se celebró el 26 de abril inaugurando un tiempo nuevo.

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