Buena suerte con el Sol: Córdoba, en el centro del eclipse anular de 2028

Prepárense para el atardecer del 26 de enero de 2028. Sí, aún faltan casi cuatro años, pero no tendrán más oportunidades en la vida de ver el fenómeno que ocurrirá durante el ocaso de ese día, si las nubes lo permiten: un eclipse solar. No uno cualquiera, sino del tipo llamado "anillo de fuego". En términos científicos, será un eclipse solar anular que en Córdoba se verá perfecto, ya que el centro del cono de sombra pasará justo por encima de la ciudad.

Los eclipses solares ocurren cuando el Sol, la Luna y la Tierra (en este orden) se encuentran perfectamente alineados. Si los tres cuerpos celestes estuvieran siempre en el mismo plano, tendríamos un par de eclipses cada mes; serían tan aburridos como una Luna llena. "Rafael, que hoy toca eclipse al mediodía, no hace falta que bajes el toldo". Esa sería toda la conversación, chispa más o menos, en torno a un fenómeno que hoy causa furor gracias a su escasa frecuencia. Vean si no la locura en Estados Unidos y Canadá por la última ocultación de Helios.

Explicación de un eclipse

Los eclipses solares se ven tan poco porque la órbita selenita está inclinada unos 5 grados sobre el plano eclíptico. Para entendernos en román paladino: cuando se alinean los tres cuerpos (olvídense de la novela de Cixin Liu, aquí no hay ningún problema), casi siempre la Luna está por debajo o por encima de la línea ficticia que forman el Sol y la Tierra. Ergo, no hay eclipse. 

Ocurre a veces que se ponen en fila al mismo tiempo los tres cuerpos celestes y los dos planos orbitales. Si la Luna está en el medio, hay un eclipse solar; si es la Tierra, es Selene quien se oculta. No se pregunten si alguna vez el Sol está en el medio, porque si eso ocurriera no estarían leyendo esto. 

A su vez, la Luna no se encuentra siempre a la misma distancia de la Tierra. Caprichosos que son los astros. Cuando está más cerca durante un eclipse solar, su tamaño aparente es más grande y el satélite es capaz de cubrir por completo el disco solar. Es un eclipse total. Sin embargo, si la Luna se encuentra más lejos tapará solo la mayor parte del astro, dejando un reborde brillante y espectacular. Ese es el "anillo de fuego", el eclipse anular que podremos ver en Córdoba el 26 de enero de 2028, que caerá en miércoles. Apunten la fecha. 

Los astrónomos son hoy capaces de predecir con total fiabilidad cuándo ocurrirá un eclipse y dónde se verá. Incluso saben qué posición tendrá el Sol en el horizonte y cuánto durará la ocultación. En Córdoba sucederá como sigue, según la página especializada y muy detallada de la Federación de Asociaciones Astronómicas de España:

A las 15.35 horas del 26 de enero de 2028 la Luna empezará a tapar el Sol. Parece temprano, pero recuerden que estaremos en pleno invierno. Los astrónomos, además, te dicen hasta los segundos, pero para el común de los mortales no es necesario ser tan preciso. Basta con tener las gafas preparadas después del almuerzo. 

A esa hora el Sol aún estará alto sobre el horizonte, a 18,8 grados. Habrá que mirar hacia Poniente. O sea, en dirección a Sevilla, donde habrán visto el fenómeno un minuto antes.

'Eclipsemanía' en México y EEUU

Así será el eclipse anular

Un cuarto de hora después (para ser exactos, 17 minutos), comenzará el eclipse anular. Serán las 16.52 horas de la tarde, con el Astro Rey ya mucho más bajo y rozando el horizonte, a 6 grados de altitud. El máximo, o la perfección del eclipse anular, tendrá lugar a las 16.56 horas y tres minutos después habrá terminado la fase más llamativa del fenómeno. La Luna no se retirará del todo del disco solar hasta las 18.07 horas. Estará ahí, pero no la veremos porque el Sol se habrá ocultado bajo el horizonte media hora antes (32 minutos diría un astrónomo con precisión). Será de noche, vamos. 

Todo eso siempre que el tiempo lo permita y el cielo esté despejado. La Agencia Estatal de Meteorología no llega a tanto en sus predicciones, y bastante tiene con saber si va a llover la próxima semana como para ponerse a pensar en el tiempo de aquí a cuatro años. Ni con cabañuelas se consigue. Sabemos dónde van a estar los planetas y las estrellas, pero no lo que van a hacer las nubes. Son las maravillas de la ciencia.