Tercer sector: riqueza social frente a la crisis

Crisis. Guerra de Ucrania, inflación, sequía, los vestigios aún latentes del covid-19. El año 2023 puede definirse con una palabra. Con ella empieza este texto y a ella ha tenido que enfrentarse la economía cordobesa a lo largo del año pasado. Por ello, en el 15º Anuario Económico de Córdoba, presentado este jueves en la sede de la Fundación Caja Rural del Sur, es inevitable toparse con ella, como lo ha sido mencionarla durante la presentación, ante una sala repleta de asistentes. Enfrentarse a una crisis puede revelar carencias o virtudes. El tercer sector puede presumir de algo: resiliencia. 

Como bien ha dicho Luciano Poyato, presidente de la Plataforma del Tercer Sector (TC), durante su intervención, "más vale preguntar que dar algo por sabido". Por eso mismo, preguntemos. Aprovechando su asistencia a la cita, preguntamos a los representantes de algunas de las principales instituciones y entidades sin ánimo de lucro de Córdoba y provincia. Sus respuestas dan buena fe de la unión en el tercer sector y reflejan que estas entidades son un gran tesoro social y económico.

El tercer sector reclama inversión social y políticas que huyan del asistencialismo

Una oportunidad

Blas García, presidente de la Fundación Prode, tiene claro que "una de las mayores oportunidades económicas que tiene nuestra sociedad es el tercer sector". A todos los niveles, además. En primer lugar, porque permite que "muchas personas puedan desarrollar su vida". "Nada que se haga que no lleve la parte social, tiene el menor interés", añade, por su parte, Rafaela Chounavelle, presidenta de Acpacys. O lo que es lo mismo: "Lo social es todo". Para ella, "si un proyecto no tiene la pata de lo social, se queda cojito". 

La labor que desempeñan estas entidades resulta imprescindible, pues están "en contacto con las necesidades de la sociedad", como resaltó Alfonso Fernández Zamorano, director de la Fundación EMET Arcoíris. De ello sabe bien Sara Rodríguez, presidenta de Fepamic. "Nosotros siempre decimos que las personas con discapacidad forman parte de la sociedad" y si esa parte de la sociedad necesita oportunidades ahí están entidades como Fepamic para brindárselas.

"Trabajamos por y para las personas con discapacidad", añade, y subraya: "Y con". Porque, de los 700 trabajadores que forman, actualmente, parte de Fepamic, según la presidenta de la fundación, hasta un 85% son personas con discapacidad. "¿Qué empresas tienen tantos trabajadores en Córdoba?", pregunta, a su lado, Chounavelle.

Generador de riqueza

En tan solo tres o cuatro años -el tiempo que lleva en la capital esta institución creada en la comarca de Los Pedroches hace 40 años-, Fundación Prode ha sido capaz de generar 300 empleos, precisaba ayer Blas García. Entre todas, suman miles de puestos de trabajo en la provincia. "Empleos fijos y de calidad", como apostilla la presidenta de Acpacys, quien añadía: "Nuestros trabajadores son nuestro gran valor". 

"¿Ahora mismo donde está el empleo?", continua preguntando retóricamente Chounavalle. Y responde: "En discapacidad, en mayores, en sociosanitarios…". Esa capacidad para generar riqueza en el mundo laboral, además de responder a las necesidades sociales de las personas más desfavorecidas, dota al tercer sector de un valor difícilmente calculable. 

Ahondando en ello, Fernández Zamorano habla de "economía social". El director de EMET Arcoirís destaca que la labor de las fundaciones, asociaciones e instituciones del tercer sector lleva a un "mejor" aprovechamiento de los recursos. Precisamente, José Repiso, viceconsejero de Integración Social, se ha referido a ello durante su alocución en la presentación: "El dinero está mucho mejor en vuestras manos". Al final, como hacer ver Fernández Zamorano, el tejido del tercer sector presta "servicios subsidiariamente al Estado". Eso hace que cumplan, a su parecer, una importante "función pública". 

Una simplificación que también llega al tercer sector

Más fondos

Sara Rodríguez ha ido, incluso, un poco más allá: "Somos agente de cambio, somos motor económico y somos, además, generadores de empleo". En sus palabras, no es difícil intuir el orgullo. Y motivos tiene.

Las entidades sin ánimo de lucro dan. Es su esencia. Pero, como todos, también necesitan. Antonio Salmoral, en representación de Fundación Promi, es claro: "Necesitamos muchos más fondos para poder alcanzar los sueños y las metas que tenemos".

Reconoce, eso sí, que "desde hace bastante tiempo todas las administraciones públicas están muy volcadas con el tercer sector". Además, hay que tener en cuenta, como recordaba Blas García, que los beneficios se reinvierten en el objetivo social.