Alertas activas

Desapariciones en Córdoba: ocho casos sin resolver

Varias familias cordobesas siguen buscando a sus seres queridos tras años, mientras colectivos y asociaciones piden más recursos para estas situaciones

No hay noticias de Ángeles Zurera, de Paco Molina, de Francisco Bonilla, de Rafael Muriel, de Antonio Muñoz, de Francisco Reyes, de Yaya Diaw, ni de Nasser Falcon

Los ocho desaparecidos en Córdoba, cuyos casos están sin resolver.

Los ocho desaparecidos en Córdoba, cuyos casos están sin resolver. / CÓRDOBA

Manuel Á. Larrea

Manuel Á. Larrea

Hoy la noticia es que no hay noticia. Esa es la cruda realidad que viven varias familias en Córdoba. Ocho meses sin noticias de Nasser Falcon, más de dos años sin noticias de Francisco Reyes, ni de Yaya Diaw, siete años y medio sin noticias de Rafael Muriel, cerca de nueve años sin noticias de Paco Molina, otros tantos años sin noticias de Francisco Bonilla, 10 años sin noticias de Antonio Muñoz, 16 años sin noticias de Ángeles Zurera.

El tiempo pesa y hace mella en la memoria colectiva. Si no fuera por las familias -y por las asociaciones de desaparecidos-, ¿cuánto tiempo tardarían en olvidarse esos nombres? El día a día, la sobreinformación de una era, sumen en el silencio, a una velocidad de vértigo, los casos de desapariciones. En un año, en Córdoba pueden llegar a denunciarse varios centenares. Por suerte, en la mayoría de ocasiones, acaban dando con el paradero de las personas buscadas. Una buena parte, son voluntarias. Los últimos datos, correspondientes a 2022, del Centro Nacional de Desaparecidos reflejan el registro de 306 denuncias en la provincia. El año acabó con 26 de ellas activas.

De ese sinfín de denuncias, por algún u otro motivo, sólo algunas llegan a los lectores. De las desapariciones que, a lo largo de las últimas décadas, han acaecido en Córdoba, hay varias que, por el misterio de un caso sin resolver, por los entresijos de la propia desaparición o por la dureza que han tenido que afrontar los allegados de esas personas, siguen aferradas al recuerdo. A ello contribuyen, cabe reiterar, el esfuerzo incansable de los familiares, conscientes de que el tiempo no frena. Ni la sociedad. A una semana de otro 9 de marzo, Día de las Personas Desaparecidas, merece ser recordado que varias familias cordobesas siguen buscando a sus seres queridos.

"Si no hay nadie detrás, el caso se cierra"

A día de hoy, SOS Desaparecidos mantiene activas siete alertas de desapariciones en Córdoba. Este 2 de marzo se cumplen, precisamente, 16 años sin rastro de Ángeles Zurera. Antonio, su hermano, es una de las personas más activas en la provincia. Además de buscar alguna pista que lleve al cuerpo de su hermana, trabaja para que nadie viva el drama que él y otras tantas familias han pasado en los últimos años. Al buscar a Ángeles, siente que busca "a más desaparecidos". "A las personas desaparecidas las buscamos los familiares; si no hay nadie detrás, ese caso se cierra a los dos días", zanja. Isidro Molina, padre de Paco, es otro ejemplo de coraje: "Si puedo hacer algo por otra familia, parece que hago algo por mi hijo".

Y todo ello pese a que "el día a día te machaca, psicológicamente te hace polvo". Paco Lobatón, presidente de la Fundación Europea por las Personas Desaparecidas QSD Global, habla de "resiliencia" cuando se refiere a esos familiares. "Cuando pasa el tiempo y no llegan noticias, o llegan noticias y se desvanecen porque no se pueden confirmar, o alguien que juega con las familias, hay un momento de caída pero otra vez para arriba", se trata de una absoluta "regeneración de la esperanza".

Pero la causa no puede sostenerse, únicamente, con buenas intenciones y, desde las asociaciones y plataformas, o los familiares, reclaman distintas acciones que, en primer lugar, dignifiquen la situación de los desaparecidos y de sus familias y, por otra parte, sirvan para mejorar los procesos de búsqueda

Estatuto, protocolo y orfandad

"Mientras no hay evidencia de muerte, hay esperanza de vida", dice Lobatón. Esa frase, replicada por familiares de personas desaparecidas, se ha convertido en un dogma de fe. Sin embargo, para el presidente de QSD Global resulta una "barbaridad" que "rompe ese principio" el hecho de que a los 10 años las familias tengan que firmar una declaración de fallecimiento. "Esa denominación es una barbaridad que ofende y hace daño a las familias", insiste. Para Antonio Zurera es imprescindible que existan "los derechos del desaparecido". El primero de ellos, "el derecho a ser buscado". 

Por eso, recalca, es importante que se cree un Estatuto del Desaparecido. "Tiene que haber una ley que impida ese tratamiento cruel, que no hiera", concluye. Y debe hacerse "dentro de esta legislatura", tramitándose "como ley". Es una petición histórica de las plataformas, que se suma al mil veces bautizado como ‘protocolo único’. Un mecanismo que unifique las actuaciones de los cuerpos de seguridad en estos casos. Administrativamente, otra situación que preocupa al colectivo es la "orfandad no reconocida" de los hijos de desaparecidos. Sometidos a "precariedad, necesidad y sufrimiento". "Este tema está ahí, pero no se ha formalizado", avanza Lobatón.

Voluntad institucional

En el peor de los casos -como la mayoría de los que se recuerdan en estas páginas- las búsquedas pueden extenderse durante años y años. Ante esas situaciones, desde QSD Global consideran imprescindible que se desarrollen revisiones de las pistas, si es necesario con otros agentes, o hasta otros cuerpos de seguridad. Una acción que no sería incompatible, comenta Lobatón, con la creación de unidades especializadas "que empiecen por la provincia" y en las que puedan participar "especialistas de la Policía Nacional y de la Guardia Civil", o, incluso, "policías municipales".

Isidro Molina reconoce que se han logrado muchos avances en esta matería. Para empezar, en medios. Antonio Zurera recuerda que la primera foto que tomaron en altura con rayos para rastrear el terreno tuvieron que hacerla desde lo alto de una escalera. Los últimas, las tomó un dron a finales de 2022 a 200 metros de altura. "Gracias a Dios, las fuerzas de seguridad están cada vez más implicadas, los políticos también", señala Molina, que, a su vez, insiste en que necesitan que "todas las instituciones se inpliquen" porque "son las que pueden hacer lo posible". Que aparezcan, que no desaparezcan. 

Actualmente, asegura el padre de Paco Molina, la Policía Nacional sigue buscando hilos de los que tirar. La Guardia Civil, por su parte, mantiene abiertas las investigaciones de los casos acaecidos en la provincia, como los de Ángeles Zurera, Nasser Falcon y Yaya Diaw.

Ángeles Zurera | «Estoy convencido de que está sin vida desde 2008»

La de Ángeles Zurera, vecina de Aguilar, es una historia escabrosa de maltrato y violencia de género. Tres meses después de desaparecer (2008), llegó la sentencia de su divorcio. Doce días antes, su exmarido había sido condenado a seis meses de prisión por violencia de género, tras propinarle una paliza. Antonio, su hermano, no olvida las primeras conversaciones con los agentes de la Guardia Civil: "¿Qué motivo tendría tu hermana para desaparecer si ahora es cuanto estaba empezando a ser feliz?". Desde entonces, está "convencido de que está sin vida desde el 2 de marzo"

Se supo que salió de casa con lo puesto, en la madrugada de aquel día, tras mantener una corta conversación de móvil con su exmarido, que la llamaba insistentemente desde hacía doce días. Ángeles salió pasadas las 1.00 horas sin gafas, ni documentación, ni llaves, ni más ropa. Sus dos hijos se quedaron en casa.

Aquella noche, el exmarido, que vivía, por entonces, en Montilla, se encontraba en Aguilar. Aquella llamada es la última pista que se tuvo de ella, aunque días después se viera a su exmarido con una excavadora en unos terrenos de la localidad. Trabajaba con estas máquinas. "Se sabe quién ha sido", señala Antonio, quien recuerda los "muchísimos indicios que hay sobre la mesa". Ahora, su única esperanza es hallar el cuerpo. A finales de 2022, se realizó la última búsqueda, con drones. Resultó, una vez más, infructuosa. 

Paco Molina | Dos visitas de la UDEV a la ciudad en el último mes

Lo último que se sabe: La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional ha estado en Córdoba esta semana y hace 15 o 20 días siguiendo alguna de las líneas abiertas de investigación en la desaparición de Paco Molina, confirma Isidro Molina, su padre. "Lo importante para nosotros es que la UDEV sigue trabajando", señala.

"El último caso que me ha reventado es el de Álvaro [Prieto]", confiesa. Y los motivos están claros: "En la estación, un nene joven...". Paco desapareció el 2 de julio de 2015, a los 16 años. Se le perdió la pista en la estación de autobuses de Córdoba. Ese rastro llevó, inmediatamente, a los propios padres a la estación Méndez Alvaro de Madrid. Perol a lo largo de estos años, a Paco se le ha buscado por distintos países, desde Italia hasta Irak. La investigación también apuntó a personas de su entorno. La noche antes de que un conductor de autobús lo reconociera, el joven había salido y avisó a sus padres de que dormiría fuera por teléfono móvil.

Sobre los últimos trabajos de los investigadores, Isidro apenas conoce detalles. Solo hace saber que "gracias a Dios" uno de los resultados fue negativo. Lo que deja entrever que se descartó alguna trágica información. Isidro y Rosa siguen manteniendo viva la esperanza de encontrar a su hijo con vida. Y, además, juegan un papel muy relevante en el movimiento por las personas desaparecidas. 

Rafael Muriel | Una búsqueda incesable por distintas localidades

Lo han buscado en Córdoba, lo han buscado en Adamuz, pero no hay rastro de Rafael Muriel. Este adamuceño desapareció el 1 de septiembre de 2016, desde entonces no se han tenido novedades que aclaren qué ha sido de él. Sin embargo, a finales de 2020, una vecina situó, en unas declaraciones, a Rafael por última vez en su pueblo. Eso llevó a que la investigación pasará de la Policía Nacional a la Policía Judicial de la Guardia Civil. Y una de las acciones consiguientes fue organizar una batida por la Sierrezuela, que une Ademuz con Villafranca.

De poco sirvió esa búsqueda, pero su familia siempre ha insistido en que no se deje de buscar a Rafael. El desaparecido, como publicó Diario CÓRDOBA en su momento, visitaba prácticamente a diario el Hospital Los Morales porque había sido diagnosticado de esquizofrenia. Como constataron sus familiares, llegó a solicitar su ingreso voluntario en el centro hospitalario. «Necesita medicación». reza su alerta de búsqueda activa en SOS Desaparecidos.

Desde que se le perdiera el rastro, se han practicado distintas batidas y búsquedas, en las que han participado distintos cuerpos de seguridad e, incluso, se han utilizado perros especializados para tratar de dar con algún vestigio que conduzca al paradero de Rafael. Acciones que no han arrojado resultados positivos. Eso hace que se cumplan ya siete años y seis meses sin él

Francisco Bonilla | Una conversación con desconocidos, última pista

La última pista que se tuvo de Francisco Bonilla, vecino de Cabra desaparecido el 12 de abril de 2015, fue que una vecina lo vio conversando con dos desconocidos que vestían de azul. Esa conversación habría transcurrido en la tarde de ese día en que fue visto por última vez. Había salido de casa a las 14.30. De noche ya, sus hermanos se preocuparon por él.

Lo siguiente, una denuncia, batidas, años de búsqueda y desesperación. El 9 de marzo es una fecha marcada en el calendario de los familiares de Francisco, pues siguen pidiendo que su nombre no caiga en el olvido y que la búsqueda de este hombre continúe.

Se cumplen ocho años y diez meses sin noticias del egabrense. Las batidas llevaron a los agentes de la Policía Nacional, de la Policía Local y de la Guardia Civil, así como a bomberos y a voluntarios a rastrear pozos, arroyos, ríos y parajes del entorno. Sin éxito. Incluso se llevó a perros especializados de la Unidad Canina de la Policía Nacional, así como un helicóptero para buscar desde la altura. También se emplearon georradares. Sin éxito. 

Sus hermanos sostenían que "alguien le hizo algo". Incluso llamó la atención un incendio cercano que acaeció en las inmediaciones. La investigación nunca arrojó ningún resultado positivo sobre el rastro de Francisco. Se descarto el robo, eso sí. Y de lo que portaba aquel día, solo se hallaron unas gafas y una gorra en una silla.

Francisco Reyes | Dos años sin su rastro

Una de las últimas desapariciones que ha tenido que lamentar Córdoba ha sido la de Francisco Reyes Relaño, a quien se le perdió la pista en 2022. Concretamente, el 4 de febrero de aquel año. Tenía, por entonces, 37 años.

Francisco, vecino de la capital de Córdoba, mide 1,60 metros, peso 60 kilogramos, tiene el pelo castaño (rapado, la última vez que fue visto) y sus ojos son marrones. Su complexión, delgada. Esos son los datos que se conocen de uno de los últimos desaparecidos que constan en el registro de casos activos de SOS Desaparecidos.

Las pistas que rodean al caso de la desaparición de Francisco Reyes apuntan a que podría encontrarse en Madrid. También pudo saberse, desde el primer momento, que Francisco tenía problemas de salud. Este pasado mes, habría cumplido 39 años de edad. Sin embargo, desde hace ya dos años y 27 días, no se tienen noticias de este cordobés, cuyo caso se suma a la lista de desapariciones de larga duración sin resolver.

Esos dos años desde que se le perdiera el rastro sobrepasan el límite que lleva a la emisión de una declaración de ausencia sobre esta persona. Cuando alguien desaparece, a los dos años se produce esa primera declaración.Un estado que no se modifica hasta que se cumple una década sin rastro de esa misma persona. De momento, no ha trascendido ninguna novedad sobre él. 

Antonio Muñoz | El estudiante que desapareció en Canarias

El caso de Antonio Muñoz Romero quizás sea de los que menos han estado, en los últimos años, en las agendas informativas. Quizás por la distancia, pues la desaparición de este cordobés se produjo en La Laguna, en Santa Cruz de Tenerife. Pero su caso sigue estando activa en las alertas de búsqueda de SOS Desaparecidos. Desapareció el 15 de abril de 2013.

Antonio se licenció en Ciencias Físicas en la Universidad de Córdoba y se mudó a la isla para cursar el máster de Astrofísica de la Universidad de La Laguna, unos estudios que "disfrutaba", según explicó su propio padre a este periódico en su momento. El progenitor, en esas mismas declaraciones, aclaró que su hijo no tenía problemas económicos y mantenía una buena relación con la familia.

Del piso donde residía salió "sin documentación ni dinero". En un primer momento, pensaron que estaba practicando senderismo, pero sus compañeros dijeron a sus padres que era "imposible" porque "siempre iban juntos". Los familiares descartaban, desde un principio, que su ausencia fuera voluntaria. Este periódico informó también de que el mismo día de su desaparición se efectuó una llamada desde su teléfono móvil al 112, pero la comunicación se cortó.

Yaya Diaw | Apuntan a que fue «voluntaria»

Yaya Diaw desapareció el 13 de septiembre de 2021 en Puente Genil, por lo que se cumplen dos años y más de cinco meses de su desaparición. 

Su alerta sigue activa porque se interpuso una denuncia y todavía no se ha dado con su paradero, apuntan fuentes de la Guardia Civil, pero todo parece indicar, según estas mismas informaciones, que Yaya se marchó por su propia voluntad del centro de acogida en el que permanecía. Era ya por entonces mayor de edad. 

Pese a que la hipótesis principal es su ausencia voluntaria, desde la Guardia Civil aseguran que su búsqueda sigue activa.

Nasser Falcon | Se desconoce el paradero del menor

El caso más reciente de una desaparición sin resolver en la provincia de Córdoba ocurrió hace tan solo siete meses. Casi ocho. Nasser Falcon, un menor no acompañado que permanecía en un centro de Montilla, desapareció el 2 de julio de 2023 en la localidad cordobesa. Mide 1,65 metros, pesa 60 kilogramos, es delgado y tiene apenas 13 años de edad.

La hipótesis principal que baraja la Guardia Civil, encargada de la investigación de este caso tan reciente, es que su ausencia sea voluntaria. Aun así, los trabajos continúan. 

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