Dificultad en el aprendizaje de la escritura y la lectura

La dislexia afecta a uno de cada diez alumnos en Córdoba, aunque muchos no lo saben

La asociación Discórdoba agrupa a familias con hijos que tienen el trastorno

La UCO participa en un proyecto europeo para detectar las dificultades existentes

Integrantes de la asociación Discórdoba, con su presidenta, Olga Muñoz, a la derecha.

Integrantes de la asociación Discórdoba, con su presidenta, Olga Muñoz, a la derecha. / A.J. GONZÁLEZ

M.J. Raya

M.J. Raya

La dislexia consiste en una dificultad en el aprendizaje de la lectura o la escritura, frecuentemente asociada con trastornos de la coordinación motora. La asociación de dislexia de Córdoba, Discórdoba, nacida en 2017 para dar respaldo a personas con algún hijo o familiar que presente esta dificultad, calcula que uno de cada diez estudiantes tiene este trastorno.

La presidenta de Discórdoba, Olga Muñoz, expone que los chicos a los que se les diagnostica dislexia presentan más dificultades para el aprendizaje, lo que les hace sufrir más frecuentemente fracaso escolar y acoso en el aula. Muñoz indica que las evaluaciones que se realizan a ciertos alumnos con sospecha de este trastorno se realizan en muchas ocasiones ya en Secundaria, «y mientras se ha perdido un tiempo indispensable, con la consecuente falta de motivación, de autoestima y mayor probabilidad de problemas psicológicos».

Para evitar esta situación, Muñoz aboga por que se realice la detección temprana de la dislexia en los primeros años del inicio de la lectoeescritura, ya que quienes tienen este trastorno presentan problemas para discriminar los fonemas. Además, demanda que se incorporen, en el ámbito de la enseñanza, medidas ordinarias recogidas en las leyes de atención a la diversidad y de educación, para la atención del estudiantado con esta dificultad. Además, ve necesario que exista la mayor coordinación posible entre familias, profesionales sanitarios y educativos.

La presidenta de Discórdoba señala que, aunque ha mejorado mucho la formación de los profesores y orientadores que trabajan con el alumnado con dislexia, «sigue haciendo falta más formación a todos los niveles».

Integrantes de la asociación Discórdoba, con su presidenta, Olga Muñoz, a la derecha.  | A.J. GONZÁLEZ / CÓRDOBA

La vicerrectora e investigadora Sara Pinzi (i), con otras autoridades. / CÓRDOBA

Por otro lado, Olga Muñoz se queja de que el estudiantado con dislexia no recibe ningún tipo de ayuda económica o beca específica por parte del Ministerio de Educación o de la Junta de Andalucía, a pesar de ser considerado como alumnado con necesidades educativas especiales (NEAE) y de que las familias tienen que hacer frente a gastos en apoyos para tratar de que sus hijos eviten en la medida de lo posible el fracaso escolar o la diversificación curricular.

Muñoz destaca que la dislexia es una «condición neurobiológica de por vida, pero quienes la presentan», si cuentan con los adecuados apoyos, «pueden generar unos mecanismos de compensación que pueden llegar a reducir sus dificultades».

Universidad de Córdoba

Precisamente, para ayudar al alumnado con dislexia que cursa estudios superiores, el equipo de investigación de la Universidad de Córdoba que coordina la vicerrectora de Igualdad, Inclusión y Compromiso Social, Sara Pinzi, está trabajando dentro del proyecto europeo Vrailexia, liderado por la Universidad de Tucsia (Italia), que busca herramientas que mejoren la calidad del aprendizaje de estos estudiantes y eliminen las barreras que se encuentran a la hora de formarse.

Pinzi detalla que Vrailexia obtuvo la mayor puntuación en la convocatoria Erasmus+Ka203 y añade que tiene como objetivo dar ayuda y soporte a los estudiantes de educación superior con dislexia a través de la plataforma digital Be Special, que combina la realidad virtual con la inteligencia artificial. Los universitarios con dislexia aprueban un 10% menos que los alumnos sin esta alteración (según un estudio hecho en la universidad italiana), recuerda Pinzi, quien remarca que Vrailexia se sirve de la inteligencia artificial para desarrollar algoritmos a partir de un banco europeo con datos sobre diagnósticos, pruebas y evaluaciones psicológicas de estudiantes universitarios con dislexia, de 16 a 30 años.

Estrategias de ayuda

Estos algoritmos permitirán desarrollar nuevas estrategias de aprendizaje, material y formación docente. Sara Pinzi hace hincapié en la falta de datos sobre los universitarios con dislexia, frente a otras etapas como Primaria, Secundaria o Bachillerato. La vicerrectora de Inclusión de la UCO recalca que Vrailexia monitoriza esta información mediante un cuestionario para poder luego detectar qué sistema han usado aquellos alumnos que consiguen llegar a la universidad y, a posteriori, que sean capaces de describirlo y poder integrarlo en su algoritmo de IA.

El proyecto cuenta también con una parte formativa enfocada al alumnado y otra para el profesorado. Una de las actividades formativas dirigida a los estudiantes es In the Shoes of Dislexics Students (en los zapatos de los estudiantes con dislexia), iniciada por la investigadora del equipo de la UCO Pilar Aparicio, cuyo propósito es dar a entender a compañeros y profesores las dificultades que atraviesan a la hora de afrontar una situación real en el aprendizaje, como puede ser la lectura de un texto. Esta iniciativa ha recibido la colaboración de la Plataforma Dislexia y de Discórdoba.

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