Infraestructuras

La comisaría de Campo Madre de Dios de Córdoba, una historia sin final

Las instalaciones, en un estado precario, llevan dos décadas esperando una reforma que nunca se producirá ante la opción de un edificio nuevo

Comisaria de la policia nacional en Campo Madre de Dios.

Comisaria de la policia nacional en Campo Madre de Dios. / Córdoba

Rafael Verdú

Rafael Verdú

La reforma de la comisaría de la Policía Nacional en Campo Madre Dios, edificio que pasará a mejor vida en un par de años (cuando termine la construcción de la nueva en la Fuensanta), lleva dos décadas dando vueltas en los despachos del Ministerio de Interior. Ya en la primera década de este siglo quedó claro que las instalaciones necesitaban una reforma en profundidad y no un simple parcheo para mantener decente una construcción que se remonta al año 1950. En su día fue un hito en la ciudad, pero pasado el tiempo se terminó convirtiendo en un problema para las fuerzas de seguridad. 

Las primeras quejas

Para el año 2010, los sindicatos policiales ya llevaban tiempo alertando de que la situación de Campo Madre de Dios era tan mala que ni siquiera valía una remodelación integral. Había que tirarla y construir una nueva partiendo desde cero. Ocurre a veces con edificios tan antiguos que su diseño y materiales de construcción no sirven para las necesidades actuales. Un ejemplo claro de ello fue la residencia de Noreña, que hubo que demoler desde los cimientos para levantar un nuevo centro de salud. En Campo Madre de Dios sucedía lo mismo. 

Comisaría de Campo Madre de Dios, en Córdoba.

Comisaría de Campo Madre de Dios, en Córdoba. / A.J. González

Sin embargo, en el año 2013, el Gobierno central (entonces del PP) seguía con la idea de una reforma completa del edificio en lugar de una nueva construcción. En ese año Interior prometió que las obras comenzarían en 2015. Estábamos entonces en una de las peores etapas de la crisis económica, y aquel proyecto nunca salió adelante. 

Problemas con los terrenos

En 2016 el secretario de Estado de Interior, el cordobés José Antonio Nieto (alcalde de Córdoba en el mandato 2011-2015, por lo que conoció de cerca la situación de la comisaría), dio un vuelco a los planes para Campo Madre de Dios. Avisó entonces de que su departamento no era el propietario de todos los terrenos sobre los que se asentaban las instalaciones desde hacía casi 70 años. Una gran parte estaba en manos de una mutua policial (Mupol), circunstancia que, al parecer, habían obviado hasta ese momento los sucesivos gobiernos.

Comenzó en ese momento una polémica política que paralizó de nuevo las actuaciones en la comisaría. Interior estaba dispuesto a levantar un nuevo edificio, pero no quería pagar por los terrenos. El Ayuntamiento, entonces en manos del PSOE con Isabel Ambrosio (mandato 2015-2019), pidió que se solventara la situación y llegó a asegurar que la parcela era totalmente de Interior. 

¿Una comisaría o dos?

En 2017, nuevo volantazo, también con Nieto al frente de Interior. Se anunciaron no una, sino dos comisarías completamente nuevas, una en la Fuensanta y otra en Poniente, con lo que se sorteaba el problema de los suelos de Campo Madre de Dios a costa de enredar aún más un proyecto que ya estaba atascado. Aquello tampoco cuajó porque con el cambio de Gobierno en 2019 tras la censura de Pedro Sánchez, también volvieron a cambiar los planes. En 2021, el Ejecutivo socialista volvió a la idea de una sola comisaría nueva y muy cerca de la actual, en la calle Justo Urrutia. Tres años después de aquel anuncio por fin han comenzado las obras.

Pero sigue sin saberse qué pasará con las viejas instalaciones de Campo Madre de Dios. Interior, a preguntas de este medio, ha indicado que aún no sabe lo que hará con su propiedad, aunque la subdelegada del Gobierno apuntó que lo más probable es que se derribe debido a su mal estado. Lo que ocupe su lugar en el futuro es una incógnita.

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