Los guías turísticos reclaman mayor limpieza en el casco histórico de Córdoba

Este 21 de febrero se celebra el Día Internacional del Guía de Turismo, una efeméride que coincide con el día en que se creó la Federación Mundial de Guías Profesionales de Turismo (WFTGA). Con este motivo, la Asociación Profesional de Guías-Intérpretes de Turismo y Patrimonio (APIT) ha querido celebrar este día haciendo un repaso por la situación actual del sector, y resaltando las principales problemáticas a las que hacen frente en el día a día de su actividad, como la presencia de carteristas, la suciedad en el casco histórico, el cambio de acceso al Alcázar de los Reyes Cristianos o la competencia de los free tours.

Como ha comentado el presidente de APIT, Luis Álvarez, la celebración de este día tienen mayor simbolismo dado que en el segundo semestre del año 2023 "parece que empezamos a salir del túnel que dejó la pandemia", ya que en los años anteriores como el 2020 y 2021, "la facturación fue cero". El presidente ha querido destacar la labor de estos profesionales, quienes guían a los visitantes en el idioma de su elección, e interpretan el patrimonio cultural y natural de una zona, y cuenta con una titulación específica sobre una zona o reconocido por las autoridades competentes, según la definición del Comité Europeo de Normalización (CEN). 

Suciedad y acceso al Alcázar

En este día, Álvarez ha querido destacar los retos y problemáticas a las que los guías turísticos hacen frente al desarrollar su actividad. En primer lugar, denuncia que: "El casco histórico está muy sucio", ha denunciado el presidente de APIT. En concreto, ha señalado la calle de la Hoguera "es penoso" y la calle Cárdenal Salazar. En ambas ubicaciones, las naranjas que caen de los árboles se acumulan y son pisadas por el transcurrir del gentío, según apunta Álvarez.

Otro asunto que han denunciado desde la asociación es en relación al nuevo acceso del Alcázar de los Reyes Cristianos, ya que desde el pasado mes de septiembre, la entrada es por la puerta sur del edificio, la puerta almohade, es decir, la ubicada en la avenida del Alcázar en la Ribera. Esto hace, según ha narrado Álvarez, que se formen "las mismas colas" pero en un espacio "más complicado", ya que "da la vuelta por una acera estrecha". Por ello, los guías insisten en mantener las dos puertas disponibles, y utilizar la actual para individuales y la antigua entrada para los grupos. También, "muchas de las personas que vienen en las excursiones son mayores y desde la Ribera el acceso al salón de los Mosaicos es peor", ha indicado.

La entrada al Alcázar de los Reyes Cristianos se hace ya por la puerta de la Ribera

Intérpretes del patrimonio y 'free tours'

Álvarez ha puesto el foco también en una competencia que ha empezado a proliferar en los últimos años, los intérpretes de patrimonio, por lo general licenciados o graduados en Historia del Arte o Gestión Cultural, que "no trabajan para turistas, sino para clientes de superior entidad, más interesados por lo cultural", ha indicado el presidente de la asociación cordobesa quien a su parecer se trata de una práctica "elitista", que "presenta una contraposición errónea, porque enfrentar lo cultural con lo turístico, es absurdo". A este respecto, otro de los asuntos que ha tratado es el relacionado con los llamados free tours. Personas que ofrecen las visitan guiadas por la ciudad sin una prestación exacta, están sujetos a la voluntad del cliente. "Eso supone una degradación para la profesión, no hay otra profesión que el trabajador lleve a cabo su labor a cambio de una propina".

Los guías turísticos creen que la clave en la reclamación de los intérpretes radica en la falta de idiomas

Carteristas

Desde hace unos años, la figura del carterista ha crecido en las zonas céntricas de muchas ciudades, también en Córdoba. Un asunto que, como ha explicado Álvarez, "lo saben las autoridades", si bien "no hay problemas de inseguridad" pero si "son expertos en robarte". Muchos de estos carteristas ya son reconocidos por los profesionales del turismo, quienes se avisan entre ellos ante la presencia de algún carterista por la zona. "Tenemos que andar con 100 ojos", sobre todo en meses como abril, mayo y octubre donde muchas mañanas hay un mayor número de grupos numerosos que vienen de excursiones programadas. Algo similar ocurre con la presencia de las personas -generalmente mujeres- que venden romero en el entorno de la Mezquita Catedral: "el problema es el código penal, hasta qué punto consideras delito que el cliente se deje leer la mano. Es una actividad demencial, solo desaparece cuando hay mucha policía".